¿Una vida materialista?
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. En ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, los elementos del mundo arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra, junto con todo lo que hay en ella, será quemada. 2 Pedro 3:10 (RV 2020) Un día todo llega a su fin. Los elementos del mundo serán quemados, la tierra y su contenido, todo. En este punto ¿qué tan importante son las posesiones materiales, ayudarán en algo? Lo cierto es que no. El apóstol Pablo discute sobre las cosas materiales, el contentamiento del cristiano y las trampas de desear ser rico (1 Timoteo 6:6-10). Debemos evitar extraviarnos y acarrear males a causa de la codicia. Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones y trampas, y en muchas ambiciones insensatas y dañinas que hunden a las personas en perdición y muerte. Porque la codicia es la raíz de todos los males, y muchos por ser codiciosos se extraviaron de la fe y así mismos se acarrearon muchos dolores. 1 Timoteo 6:9–10 (RV