Los Olivos Iglesia de Cristo

  Ahora, por tercera vez estoy preparado para ir a visitaros; y no os seré una carga, porque no busco vuestros bienes, sino a vosotros, pues no son los hijos los que deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo, de buenísima gana, me gastaré, y me sobre gastaré por vuestras almas, aunque al amaros más, sea amado menos.  2 Corintios 12:14–15 (RV 2020) El apóstol Pablo amó a los cristianos de Corinto como un padre ama a sus hijos. Predicó a Cristo entre ellos y por el Evangelio ellos obtuvieron bendiciones espirituales para sus vidas. Pablo los había “engendrado a través del evangelio” (1 Corintios 4:15). Una labor dedicada, labor de un siervo por ganar a muchos. Entonces, ¿cuál es mi recompensa?, que al predicar el evangelio, ofrezca el evangelio de Cristo gratis para no usar mal de mi derecho en el evangelio. Por lo cual, aunque soy libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número.  1 Corintios 9:18–19 (RV 2020) Algunos de los corintios no

Dijo Jesús a sus discípulos: —Es imposible que no vengan tropiezos, mas ¡ay de aquel por quien vienen! Más le valdría que le ataran una piedra de molino al cuello, y lo arrojaran al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.  Lucas 17:1–2 (RV 2020) Esencialmente, todos somos positivos en nuestra mente. Es natural, fuimos diseñados para vivir en perfección (Efesios 4:13; Santiago 1:4). Así, el error más grave de cada uno es creer que no fallamos. Mira, Jesús reconoció la realidad de los obstáculos en esta vida, pero, la presencia de obstáculos no exonera ni al que tropieza (en pecados) o al que causa el tropiezo.  De manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí mismo. Así que, no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien procurad no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.  Romanos 14:12–13 (RV 2020) En este pasaje de Lucas, Jesús señala juicio sobre la persona que ayuda a otros a pecar; entonces, cuida que tus palabras y actitudes (en acciones) no llev

Y dijo Dios: —Sea la luz. Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Llamó Dios a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la mañana  del primer día.  Génesis 1:3–5 (RV 2020) Tanto la luz del día como la oscuridad de la noche dan testimonio del poder y la presencia de Dios, cada 24 horas. Ellos vienen en sus rondas designadas todos los días; y no es sólo “casualidad”, sino por el diseño divino.  Por la palabra de Dios apareció la luz, y por Su palabra la luz y las tinieblas recibieron sus nombres ("día" y "noche"). Los seres humanos no tenemos poder para contener la luz del día ni tampoco la oscuridad de la noche; ambos están bajo el control de Dios.  Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día,  y una noche a otra noche declara sabiduría.  Salmo 19:1–2 (RV 2020) A medida que la luz amanece en un nuevo día, haz una pausa para record

  ¡Vengo pronto! Traigo mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según lo que haya hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.  Apocalipsis 22:12–13 (RV 2020) Amar la venida del Señor es lo que se espera de todo cristiano, quien espera su corona de justicia (2 Timoteo 4:8). También se espera que cada primer día de la semana, tú y yo (en comunión espiritual) comamos del pan y bebamos del jugo de uva; Pablo afirma que cada vez que hacemos esto "anunciamos la muerte del Señor hasta que Él venga".  Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.  1 Corintios 11:26 (RV 2020) Sí, cada primer día de la semana "predicamos" la muerte de Cristo abiertamente mientras participamos de la Cena del Señor. Katangellete, del griego "anunciar” (proclamar), significa "declarar abiertamente, predicar". Entonces, no deberíamos descuidar la importancia de esta c

  Por tanto, es necesario que prestemos más atención a las cosas que hemos oído, no sea que nos extraviemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme y toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo…  Hebreos 2:1–2 (RV 2020) ¿Qué padre o madre no le dijo a su niño/a: "¡Presta atención a lo que estoy diciendo!"? Dios nos está diciendo lo mismo a nosotros, Sus hijos. "Prestar más atención" no sólo significa atender, sino hacerlo con más abundancia. Teniendo un cuidado especial de escuchar a la Palabra de Dios ("las cosas que hemos escuchado"); guardar silencio para oír a Dios. Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tus pasos. Acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, quienes no saben que hacen mal. No permitas que tu boca ni tu corazón se apresuren a decir nada delante de Dios, porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra. Sean, por tanto, pocas tus palabras.  Eclesiastés 5:1–2 (RV 2020) Hoy en

¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo. 2 Corintios 6:16–17a (RV 2020) El llamado que tenemos en Cristo es especial y único, para vivir la vida verdadera (la que agrada a Dios y conduce a la eternidad). Así como el Padre en el AT llamó a Su pueblo para ser apartados (dedicados a Él), así también, Cristo nos llama fuera del mundo del pecado para caminar con Él.  Cuando Israel adoraba a los ídolos, se contaminaban de pecados. La decisión de ser cristiano significa salir del mundo y de sus deseos pecaminosos (para no participar de ellos). Nuestro incentivo maravilloso es la bendita comunión que tenemos con Dios y Su Hijo, Jesucristo (1 Corintios 1:9).  Así el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado entre vosotros, de tal manera que no carecéis

  Se levantaron entonces todos ellos y llevaron a Jesús ante Pilato. Con estas palabras comenzaron la acusación: —Hemos encontrado que este anda alborotando al pueblo, que prohíbe pagar el tributo a César y anda diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Pilato le preguntó: —¿Eres tú el rey de los judíos?  Él respondió: —Tú lo dices. Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la gente: —No encuentro motivo alguno de condena en este hombre.  Lucas 23:1–4 (RV 2020) Luego de enfrentar una grave injusticia ante el Consejo Judío, Jesús es llevado al gobernador romano y acusado de traición contra Roma; el cargo nunca tuvo base. Poncio Pilato, tras el examen, no encontró "motivo alguno de condena en este hombre". Pero los judíos, no estuvieron interesados en la verdad y la justicia; ellos estaban decididos a eliminar la amenaza a su posición y poder (Juan 11:45-53).  Mientras piensas en el horrible trato que sufrió Jesús, debemos asegurarnos de aprender el valor de la justicia y

  ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo también tiene al Padre.  1 Juan 2:22–23 (RV 2020) El contexto en el que Jesús ordena confesarlo ante los hombres (Mateo 10:32-33) fue mientras él estaba dando "instrucciones a sus doce discípulos" (Mateo 11:1). Donde Jesús se refería a quienes creerían en Él a través de Sus palabras (al enviarlos en la llamada "comisión limitada", Mateo 10:5-15, especialmente los versos 13-15).  Uno puede llegar a ser un mentiroso negando a Jesús como el Cristo, también ser un “anticristo” (enemigo, opositor, como un “diablo”); necesitamos confesar a Cristo para tener al Padre (1 Juan 2:22-23). Además, no deberíamos pasar por alto la verdad de que Jesús esperaba que los doce lo confesaran antes que los hombres.  Os digo, además, que todo aquel que dé testimonio de mí delante de los de