Los Olivos Iglesia de Cristo

Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor.  1 Pedro 2:2–3 (RV 2020) Estudiar y conocer la Palabra de Dios es importante, la ignorancia causa pecado. Debemos depender de Dios para que nos diga lo que está bien y lo que está mal; porque fácilmente podríamos cometer muchos pecados si ignoramos Su Palabra (1 Timoteo 1:12-13). ¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra! Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviar de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.  Salmo 119:9–11 (RV 2020) Todos necesitamos “guardar” la Palabra de Dios, si somos ignorantes ¿cómo limpiaremos nuestro camino, cómo no pecar?, y si no aprendemos ¿cómo enseñar? Ya que debemos ser luz, no tinieblas; y enseñar a otros, que vean nuestra luz (Lucas 11:33-35; Mateo 28:19; Hebreos 5:12; 1 Pedro 3:15). Mira, pues, si la luz que hay en ti es luz o t

  En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; vivid como hijos de luz, porque el fruto del Espíritu se manifiesta en bondad, justicia y verdad, y comprobad lo que es agradable al Señor.  Efesios 5:8–10 (RV 2020) Quienes una vez caminaron en tinieblas, pero ahora son "hijos de la luz"  o hijos de Dios (1 Juan 1:5) necesitan (porque deben) caminar así. Todo/a hijo/a de Dios vive (camina con su vida) como hijo/a de luz (Efesios 5:8), no podemos negar nuestra naturaleza espiritual creada por Dios (Efesios 2:10). Y vivid en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.  Efesios 5:2 (RV 2020) ¿Cómo se debería “caminar en amor”?, significa vivir nuestras vidas en una disposición de amar, amar a Dios y amar a nuestro/a hermano/a en el Señor. La Palabra de Dios nos instruye sobre el amor (1 Juan 4:7-12, 16, 19-21), ¿caminamos en amor con nuestras vidas? Mientras sea de día, nos es necesa

Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.  Filipenses 3:20 (RV 2020) Un lugar de residencia permanente, de donde esperamos que regrese nuestro Salvador, todo/a cristiano/a fiel espera llegar a su patria celestial (Hebreos 11:16) y mantiene su fidelidad por ser parte del don celestial (Hebreos 6:4); Dios nos da acceso a Su morada eterna, mientras la vida presente es en un reino celestial (Efesios 1:3; 2:5-6; 6:12). Todos estos murieron con esa fe sin haber recibido lo prometido, pero, por fe, lo vieron de lejos, lo creyeron y lo saludaron, pues reconocían que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria, pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de regresar a ella. Pero anhelaban una patria mejor, esto es, una patria celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse su Dios, y les ha preparado una ciuda

Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.  2 Timoteo 2:5 (RV 2020) Mientras el apóstol Pablo instruye a Timoteo de ser fiel hasta el final (Apocalipsis 2:10), le invita a ser parte de una legítima lucha, de sufrir con él como un buen soldado de Jesucristo (2 Timoteo 2:3). Si voy a ser coronado debo luchar por Cristo, fielmente. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui también alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: me olvido ciertamente lo que queda atrás y me extiendo a lo que está delante, es decir, prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.  Filipenses 3:12–14 (RV 2020) Pablo, como cristiano y apóstol luchó en su vida por “ganar a Cristo” y “ser hallado en Él” (Filipenses 3:8-9); aún no lo había alcanzado ni era perfecto (en Cristo, semejante a Él), sino que luchaba extendi

De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, para que oremos como conviene, pues no sabemos, y el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.  Romanos 8:26 (RV 2020) Se espera que un/a hijo/a de Dios dependa del Padre celestial en todo, la vía de comunicación con Él siempre es la oración, clamar a Dios es parte de un corazón que le busca y obedece Su Palabra (Jeremías 33:3), esperando ser guiado a Su voluntad. Los que aceptaron su palabra fueron bautizados. Aquel día se añadieron alrededor de tres mil personas. Se mantenían fieles a las enseñanzas de los apóstoles y en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones.  Hechos 2:41–42 (RV 2020) Las oraciones son elevadas en fidelidad y alegría por quienes componen la iglesia del Señor, como un solo cuerpo (Hechos 2:42), así, cuando el cuerpo de Cristo se encuentra en gran estrés (Hechos 16:22-25; 4:21-31). El mandato apostólico es no dejar de orar (1 Tesalonicenses 5:17). Orad también al mismo