RECUERDO, NO OLVIDO


¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! 

Salmo 103:2 (RVC)


Bendecir a Dios es reconocer Sus obras maravillosas en nosotros. Él no sólo provee lo necesario para la vida cada día. Sus instrucciones son vida. 


Muchas enseñanzas de la Palabra de Dios no deben quedar en el olvido.

—> Bendice a Dios a diario. 


—Israel, triste ejemplo de olvidar a Dios.  Advertencia y sentencia. 

Pero si llegan a olvidarse del Señor su Dios y se van tras dioses ajenos, y les sirven y se inclinan ante ellos, yo les hago saber hoy que de cierto perecerán. Por no atender a la voz del Señor su Dios, perecerán como las naciones que el Señor va a destruir delante de ustedes. 

—Deuteronomio 8:19–20 (RVC)


—Demasiadas veces, Israel olvidó a Dios. 

¿Acaso la doncella se olvida de sus galas? ¿Acaso la novia se olvida de su vestido de bodas? Sin embargo, ¡mi pueblo se ha olvidado de mí infinidad de veces! 

—Jeremías 2:32 (RVC)


—No debemos olvidar a Dios, ni sus mandamientos. 

La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo. Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos. 

—Salmo 19:7–8 (RVC)


—Sus ojos y oídos están atentos a nosotros. 

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está en contra de los que hacen el mal.

—1 Pedro 3:12 (RVC)


—Recordar la revelación y los mandamientos de Dios. 

Amados hermanos, ésta es la segunda carta que les escribo, y en ambas los he animado a tener presentes, con su mente pura, las palabras que antes pronunciaron los santos profetas, así como el mandamiento que el Señor y Salvador nos ha dado por medio de los apóstoles. Recuérdenlo. 

—2 Pedro 3:1–2 (RVC)


—Jesucristo, nuestro Dios vino en rescate por nosotros. No deberíamos olvidar. 

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 

—1 Timoteo 2:5–6 (RVC)


Nunca debo olvidar los beneficios de Dios. Él es proveedor de  lo necesario para nuestra vida espiritual y física. 

—> Sus dones son perfectos. 


Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. 

Santiago 1:17 (RVC)


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