¿UNIDOS CON CRISTO?


Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trae. Y yo lo resucitaré en el día final.  En los profetas está escrito: “Y todos serán enseñados por Dios.” Así que, todo aquel que ha oído al Padre, y ha aprendido de él, viene a mí. 

Juan 6:44–45 (RVC)


Por el llamado del Evangelio alcanzamos salvación y vida eterna al obedecer. Unirme con Él empieza por  arrepentirme de una vida en el pecado. 


Soy enseñado por Dios para venir al Señor Jesucristo. 

—> Iniciar una nueva vida en Cristo es necesario. 


—Arrepentirse o morir en nuestros pecados. 

Jesús les dijo: ¿Y creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que el resto de los galileos, sólo porque padecieron así? ¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos.

—Lucas 13:2–3 (RVC)


—La recompensa es alcanzar Su gloria. 

A esto los llamó por medio de nuestro evangelio, para que alcanzaran la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y retengan la doctrina que personalmente y por carta les hemos enseñado. 

—2 Tesalonicenses 2:14–15 (RVC)


—¿Qué hacer?, arrepentirse y bautizarse bajo Su autoridad. 

Al oír esto, todos sintieron un profundo remordimiento en su corazón, y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?» Y Pedro les dijo: «Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo».

—Hechos 2:37–38 (RVC)


—Saulo, el perseguidor de la iglesia se convirtió, obedeciendo. 

¿Qué esperas, entonces? ¡Levántate y bautízate, e invoca su nombre, para que quedes limpio de tus pecados!” 

—Hechos 22:16 (RVC)


—Así enseñó Jesús, que creamos en Él. 

Él les dijo: «Ustedes son de aquí abajo; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si ustedes no creen que yo soy, en sus pecados morirán.» 

—Juan 8:23–24 (RVC)


Encontramos mayor seguridad para nuestras almas en el Señor. 

—> ¿Unirme a Cristo, confesarlo o negarlo?


A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos. 

Mateo 10:32–33 (RVC)


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