ORACIONES HACIA DIOS (I)
Hebreos 4:16 (RVC)
Todos necesitamos comunicarnos con Dios. La vía diseñada y enseñada por Él es la oración aceptable en Jesucristo.
Orando alcanzo Su Misericordia y encuentro Su Gracia, en todo tiempo.
—> En Cristo, me acerco confiado al trono de Dios.
—Oraciones dirigidas al Padre de los cielos.
Por eso, ustedes deben orar así:
“Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
—Mateo 6:9 (RVC)
—Oraciones ante el trono de Dios.
A ese ángel se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos, y lo ofreciera sobre el altar de oro que estaba delante del trono. De la mano del ángel subió el humo del incienso a la presencia de Dios, junto con las oraciones de los santos.
—Apocalipsis 8:3–4 (RVC)
—Acercarse en condiciones aceptables.
… acerquémonos con un corazón sincero, y con la plena seguridad de la fe, con el corazón purificado de una mala conciencia, y con el cuerpo lavado en agua pura.
—Hebreos 10:22 (RVC)
—Derramar nuestras almas ante Él.
No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
—Filipenses 4:6–7 (RVC)
—Con humildad, como simple pecador.
Pero el cobrador de impuestos, desde lejos, no se atrevía siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “Dios mío, ten misericordia de mí, porque soy un pecador.” Yo les digo que éste volvió a su casa justificado, y no el otro. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
—Lucas 18:13–14 (RVC)
—La oración del justo puede mucho.
Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva.
—Santiago 5:16 (RVC)
Oraciones elevadas al Padre en el nombre de Jesús obran la voluntad de Dios.
Humildes en aceptar toda respuesta según Su voluntad. Así Dios nos oye.
—> Mis peticiones son conocidas delante de Dios.
Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:14–15 (RVC)
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