ORACIONES HACIA DIOS (II)


Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 

Mateo 6:6 (RVC)


Orar es entrar en intimidad con Dios. Confianza y seguridad se alcanzan al elevar nuestras oraciones en cada tiempo. Él espera por nosotros. 


Dios nos conoce y sabe nuestra necesidad de Su ayuda y dirección. 

—> Necesito orar a Dios en todo tiempo. 


—Orar siempre. Temeroso de Dios. 

Oren sin cesar. 

—1 Tesalonicenses 5:17 (RVC)


Cornelio era un hombre piadoso y temeroso de Dios, lo mismo que toda su familia, pues ayudaba mucho a la gente con dinero y siempre oraba a Dios. 

—Hechos 10:2 (RVC)


—Oración precedida por una vida fiel. 

Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios, y recibiremos de él todo lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos, y hacemos las cosas que le son agradables. 

—1 Juan 3:21–22 (RVC)


—Orar sinceramente. 

Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que piensan que por hablar mucho serán escuchados. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe de lo que ustedes tienen necesidad, antes de que ustedes le pidan. 

—Mateo 6:7–8 (RVC)


—Orar humildemente. 

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón! ¡Lloren, aflíjanse, hagan lamentos! ¡Conviertan su risa en llanto, y su alegría en tristeza! ¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará! 

—Santiago 4:8–10 (RVC)


—Oración ofrecida en fe. 

Jesús les respondió: «De cierto les digo, que si ustedes tuvieran fe y no dudaran, no sólo harían esto a la higuera, sino que a este monte le dirían: “¡Quítate de ahí y échate en el mar!”, y así se haría. Si ustedes creen, todo lo que pidan en oración lo recibirán.» 

—Mateo 21:21–22 (RVC)


—Influencia poderosa con Dios. 

El día en que los amorreos fueron vencidos, Josué le habló al Señor en presencia de los israelitas, y dijo: «Sol, deténte en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ayalón. Y el sol y la luna se detuvieron. Y el pueblo se vengó de sus enemigos.» 

—Josué 10:12–13 (RVC)


No debemos confiar en nuestras propias fuerzas, si tenemos a Dios de nuestra parte. Elevemos oraciones confiadas al trono de la Gracia de Dios. 


Un hijo de Dios, confía en el Padre de los cielos. Su respuesta es vida en Cristo. 

—> Obedientes y agradables oramos a Dios siempre. 


Así que pidan, y se les dará. Busquen, y encontrarán. Llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. 

Lucas 11:9–10 (RVC)


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