VE Y CUÉNTALES

Cuando Jesús abordó la barca, el que había estado endemoniado le rogó que lo dejara estar con él; pero Jesús, en vez de permitírselo, le dijo: «Vete a tu casa, con tu familia, y cuéntales las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo. Cuéntales cómo ha tenido misericordia de ti.» 

Marcos 5:18–19 (RVC)

Cuando la salvación llega a tu vida es tiempo de gozo, amor y admiración por el Señor. Soy suyo y quiero seguir con Él.

Jesús me pide ir con mi familia y contar de Su misericordia en mi vida. 

—> ¡Contaré de mi salvación a todos!

—Imposible no contar la obra de Jesús. 

Le dijo: «Ten cuidado de no decírselo a nadie… Pero una vez que aquel hombre se fue, dio a conocer ampliamente lo sucedido, y de tal manera lo divulgó que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba afuera, en lugares apartados. Pero aun así, de todas partes la gente acudía a él. 

—Marcos 1:44-45 (RVC)

—Contar que creí y obedecí al Evangelio. 

También ustedes, luego de haber oído la palabra de verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación, y luego de haber creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa…

—Efesios 1:13 (RVC)

—Dios crea un nuevo corazón en mi. 

Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio! 

¡Renueva en mí un espíritu de rectitud! ¡No me despidas de tu presencia, ni quites de mí tu santo espíritu! 

—Salmo 51:10–11 (RVC)

—El Señor da el agua de vida eterna. 

Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Más bien, el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que fluya para vida eterna.» 

—Juan 4:13–14 (RVC)

—Contaré que sólo hay salvación en Jesucristo. 

En ningún otro hay salvación, porque no se ha dado a la humanidad ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos alcanzar la salvación.

—Hechos 4:12 (RVC)

—No me avergüenzo del poder de Dios.

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar, para los judíos, y también para los que no lo son. 

—Romanos 1:16 (RVC)

Mi salvación empieza con mi obediencia al Evangelio de Jesucristo. Con una fe que obra Su voluntad. 

El Señor me rescató de la vida en condenación a causa del pecado. 

—> Soy salvado por Su Gracia y Misericordia. 

El hombre se fue, y en Decápolis comenzó a contar las grandes cosas que Jesús había hecho con él. Y todos se quedaban asombrados. 

Marcos 5:20 (RVC)

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