MURIÓ POR MI


Así que, si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo resucitó y que no volverá a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre él. 

Romanos 6:8–9 (RVC)


Jesús dió Su vida por salvarnos del pecado; si obedecemos Su llamado a la salvación. 


Dios nos ha provisto del camino y vida que conduce a Su gloria eterna. 

—> Cristo murió por mi. 


—Anunciado por Dios desde el AT. 

Sufrirá la cárcel, el juicio y la muerte; ¿y quién entonces contará su historia, si él será arrancado por completo de este mundo de los vivientes y morirá por el pecado de mi pueblo? 

—Isaías 53:8 (RVC)


—Muchos hacia la gloria por Su muerte. 

Porque convenía que Dios, por quien todas las cosas existen y subsisten, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos, a fin de llevar muchos hijos a la gloria. 

—Hebreos 2:10 (RVC)


—Cristo, sacrificio y justicia de Dios. 

… a quien Dios puso como sacrificio de expiación por medio de la fe en su sangre. Esto lo hizo Dios para manifestar su justicia, pues en su paciencia ha pasado por alto los pecados pasados…

—Romanos 3:25 (RVC)


—Cristo, sacerdote fiel y misericordioso. 

Por eso le era necesario ser semejante a sus hermanos en todo: para que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiara los pecados del pueblo. 

—Hebreos 2:17 (RVC)


—Fiel hasta la muerte y muerte de cruz. 

Y cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Con esto Jesús daba a entender de qué muerte iba a morir. 

—Juan 12:32–33 (RVC)


—Murió para que alcanzáramos Su gloria. 

A esto los llamó por medio de nuestro evangelio, para que alcanzaran la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 

—2 Tesalonicenses 2:14 (RVC)


—Dios es quien nos enseña y lleva a Cristo. 

Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trae. Y yo lo resucitaré en el día final. En los profetas está escrito: “Y todos serán enseñados por Dios.” Así que, todo aquel que ha oído al Padre, y ha aprendido de él, viene a mí. 

—Juan 6:44–45 (RVC)


Jesús murió por mi pecado siendo obediente al plan de salvación del Padre. 


Murió por mi para que sea partícipe de su presencia y comunión eterna. 

—> ¿Sigo obediente en el propósito de Su muerte?


Aunque era Hijo, aprendió a obedecer mediante el sufrimiento; y una vez que alcanzó la perfección, llegó a ser el autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen…

Hebreos 5:8–9 (RVC)


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