HIJOS DE LUZ

Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. 

Efesios 5:15–16 (RVC)

La forma de vida que Dios espera de sus hijos es que anden en Su luz. 

Jesús vino para darnos a conocer la luz de Dios. Y que andemos en Su luz. 

—> Cada cristiano es guiado por la luz divina. 

—Hijos de Dios, hijos de luz. Dios es luz. 

Éste es el mensaje que hemos oído de él, y que les anunciamos a ustedes: Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna. 

—1 Juan 1:5 (RVC)

—Antes éramos oscuridad, en Cristo hijos de luz. 

En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor. Por tanto, vivan como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad), y comprueben lo que es agradable al Señor. 

—Efesios 5:8–10 (RVC)

—Base fundamental de la comunión con Dios. 

Si decimos que tenemos comunión con él, y vivimos en tinieblas, estamos mintiendo y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. 

—1 Juan 1:6–7 (RVC)

—Haciendo las cosas como de día en Su luz. 

Mientras sea de día, nos es necesario hacer las obras del que me envió; viene la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras que estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

—Juan 9:4–5 (RVC)

—La luz no se debe esconder, sino que ilumine a otros. 

Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en casa. De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos. 

—Mateo 5:15–16 (RVC)

—Cristo es la luz del mundo, a Él debemos seguir. 

En otra ocasión, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» 

—Juan 8:12 (RVC)

—Dichosos el pueblo que anda a la luz de Dios. 

Tuyo es el brazo poderoso; fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra. Tu trono se basa en la justicia y el derecho; la misericordia y la verdad son tus heraldos. ¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, y que anda, Señor, a la luz de tu rostro! 

—Salmo 89:13–15 (RVC)

¿Estás caminando como un hijo de luz? Necesitas llevar gloria a Dios. 

Vivir en Su luz me permite el servicio fiel y diligente al Padre celestial. 

—> ¡Dios nos permite andar en Su maravillosa luz!

Cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, también tu cuerpo estará a oscuras. Ten cuidado, no sea que la luz que hay en ti resulte ser oscuridad. 

Lucas 11:34–35 (RVC)

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