LO QUE DIOS ABORRECE (1)
Salmo 5:5 (RVC)
Dios expresa correcta aversión hacia el mal. Detesta la maldad en el hombre.
En Su Palabra Dios nos guía a no ser parte de la maldad en el mundo.
—> Dios aborrece el pecado en la vida del hombre.
—Cosas que Dios odia en los hombres.
Hay seis, y hasta siete cosas que el Señor detesta con toda el alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, la mente que maquina planes inicuos, los pies que se apresuran a hacer el mal, el testigo falso que propaga mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
—Proverbios 6:16–19 (RVC)
—Hay un tiempo para el odio bajo el sol.
… el momento de amar, y el momento de odiar; el momento de hacer la guerra, y el momento de hacer la paz.
—Eclesiastés 3:8 (RVC)
—Detesta a los hombres cuando son profanos.
Que no haya entre ustedes ningún libertino ni profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Ya ustedes saben que después, aunque deseaba heredar la bendición, fue rechazado y no tuvo ya la oportunidad de arrepentirse, aun cuando con lágrimas buscó la bendición.
Hebreos 12:16–17 (RVC)
—Aborrece a los que obran iniquidad.
El Señor pone a prueba al hombre honrado, pero repudia al injusto y al violento; acarrea calamidades sobre el malvado, y le lanza fuego, azufre y un viento calcinante. El Señor es justo, y ama la justicia; el hombre honrado contemplará su rostro.
—Salmo 11:5–7 (RVC)
—Dios rechaza a su pueblo infiel.
Lo hicieron enojar con sus lugares altos; lo provocaron a celo con sus imágenes talladas. Cuando Dios lo supo, se enojó y rechazó por completo a Israel.
—Salmo 78:58–59 (RVC)
—Aborrece la hipocresía religiosa.
Yo aborrezco sus fiestas solemnes. ¡No las soporto, ni me complacen sus reuniones! Cuando me ofrezcan sus ofrendas y holocaustos, no los recibiré, ni miraré los animales engordados que me presenten como ofrendas de paz. Alejen de mí la multitud de sus cantos. No quiero escuchar las melodías de sus liras. Prefiero que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo.
—Amós 5:21–24 (RVC)
—Dios examina el corazón, pone a prueba los pensamientos.
Señor, tú sabes que odio a los que te odian, que mi enojo se enciende contra tus enemigos. Son para mí totalmente aborrecibles; ¡los considero mis peores enemigos! Señor, examina y reconoce mi corazón: pon a prueba cada uno de mis pensamientos. Así verás si voy por mal camino, y me guiarás por el camino eterno.
—Salmo 139:21–24 (RVC)
Aprendemos de Dios las actitudes y acciones que Él no aprueba para no hacerlo.
Debemos conocer Su voluntad y hacer las acciones y decisiones correctas.
—> Busco hacer y cumplir lo que Dios ama y desea para mí.
No eres un Dios que se complazca en la maldad; los malvados no pueden habitar contigo.
Salmo 5:4 (RVC)
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