LO QUE DIOS ABORRECE (2)


Ellos no duermen si no han hecho mal; pierden el sueño si no hacen caer a alguno. Se alimentan con la maldad; apagan su sed cometiendo robos. 

Proverbios 4:16–17 (RVC)


Dios es Santo, toda la Escritura nos da testimonio de Su carácter divino. 


La santidad de Dios no puede tener ni mantener algún contacto con la maldad. 

—> En Su perfección Dios nos dirige a vivir fuera del mal. 


—Dios aborrece el mal, también debemos odiarlo. 

Ustedes, los que aman al Señor, ¡aborrezcan la maldad! El Señor protege la vida de sus fieles, y los libra del poder de los impíos. La luz se difunde sobre los justos, y alegra a los rectos de corazón. 

—Salmo 97:10–11 (RVC)


—Sabiduría de Dios para andar en el buen camino. 

El temor del Señor es aborrecer el mal; yo aborrezco la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa. En mí se hallan el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder. 

—Proverbios 8:13–14 (RVC)


—Dios aborrece el divorcio y los que ocultan su maldad. 

Porque el Señor y Dios de Israel, el Señor de los ejércitos, claramente ha dicho que aborrece el divorcio y a quienes encubren su iniquidad. Tengan, pues, cuidado con su propio espíritu, y no sean desleales. 

—Malaquías 2:16 (RVC)


—Debemos vivir en la luz de Dios y confesar nuestros pecados. 

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. 

—1 Juan 1:9–10 (RVC)


—Debemos aborrecer lo malo y seguir lo bueno. 

Nuestro amor debe ser sincero. Aborrezcamos lo malo y sigamos lo bueno. Amémonos unos a otros con amor fraternal; respetemos y mostremos deferencia hacia los demás. 

—Romanos 12:9–10 (RVC)


—Aborrecemos al pecado que pone en peligro las almas. 

Sean comprensivos con los que dudan. A otros, arrebátenlos del fuego y pónganlos a salvo; y a otros más, ténganles compasión, pero ¡cuidado!, desechen aun la ropa que su cuerpo haya contaminado. 

—Judas 22–23 (RVC)


—La dirección de Dios para una vida sin hacer maldad. 

Me he apartado de todo mal camino, para obedecer tu palabra. No me he apartado de tus juicios porque eres tú quien me dirige. ¡Cuán dulces son tus palabras en mi boca! ¡Son más dulces que la miel en mis labios! Tus mandamientos me han dado inteligencia; por eso odio toda senda de mentira. 

—Salmo 119:101–104 (RVC)


Somos bendecidos en la Voluntad de Dios, dejando la maldad, haciendo lo bueno. 


Busco Su salvación, sin dejar que el pecado en este mundo me influya. 

—> Confío en Su guía. No participo de la maldad que Dios aborrece. 


Tú les devolverás su iniquidad, y los destruirás con su propia maldad. ¡Tú, Señor y Dios nuestro, los destruirás! 

Salmo 94:23 (RVC)


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