El corazón que adora a Dios

 

Por tanto, no seáis insensatos, al contrario, tratad de entender cuál es la voluntad de Dios. No os embriaguéis con vino, lo cual lleva al desenfreno; llenaos, más bien, del Espíritu. Hablad entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Dad siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Efesios 5:17–20 (RV 2020


Cuanto más desarrollemos un corazón correcto de adoración, más nos beneficiaremos de adorar. 


¡A Dios sea toda  la gloria!


A medida que vivimos una nueva vida en Cristo y caminamos en amor, el apóstol Pablo nos enseña sobre cuál debe ser nuestra actitud hacia la adoración en Efesios 5:17-20.


Lo que hacemos en la adoración es importante. Cantar es importante. Dar gracias es importante. Pablo también dice que a quién adoramos importa. Necesitamos ser llenos de Su voluntad, en sabiduría e inteligencia espiritual. 


Por eso también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que Dios os llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.

Colosenses 1:9 (RV 2020)


Cuando nos reunimos, debemos estar llenos del Espíritu de Dios, desde Su Palabra. Cuando nos dirigimos unos a otros en cantos espirituales, realmente estamos cantando al Señor Jesucristo. Cuando estamos dando gracias, es a Dios Padre; y cada acto sólo es posible hacerlo el primer día de cada semana (domingo) y cuando la iglesia se reúna para el estudio bíblico. 


Entonces, el acto de adoración no es como asistir a un club social o alguna reunión de negocios. Nunca será como reunirnos para nuestro entretenimiento. No en una condición de vida fuera de Cristo. 


Andemos honestamente, como a plena luz del día; no andemos en banquetes y borracheras, ni en lujurias y libertinaje, ni en contiendas y envidia. Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no hagáis caso a los deseos de la carne. 

Romanos 13:13–14 (RV 2020)


La adoración es algo que hacemos. Es algo que nosotros, llenos del Espíritu, ofrecemos a Dios Padre porque estamos en Cristo. La melodía que hacemos al Señor es desde nuestros corazones. Conectados mental, espiritual y emocionalmente con las palabras que cantamos. Damos gracias siempre y por todo. 


Adoramos apreciando todo lo que Dios ha hecho en nosotros, transformando nuestros corazones; debido a quién es Jesús y a todo lo que Él ha dado por nosotros, nos enfocamos en construirnos unos a otros, no en desviar nuestra actitud espiritual en cualquiera de nuestras preferencias personales.


¡A Dios sea toda  la gloria!


… a él sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. 

Efesios 3:21 (RV 2020)


#losolivosiglesiadecristo 

#losolivosidc

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sana doctrina apostólica

Feliz cumplimiento de nuestra esperanza

Mi sana comunión con Dios