Hasta que Él venga

 


Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 

1 Corintios 11:26 (RV 2020)


Piensa seriamente mientras comes el pan y bebes de la copa. Pablo afirma que cada vez que hacemos esto "anunciamos la muerte del Señor hasta que Él venga". 


La palabra traducida del griego "anunciar” (proclamar) es katangellete, que significa "declarar abiertamente, predicar". Entonces, cada primer día de la semana "predicamos" la muerte de Cristo abiertamente mientras participamos de la Cena del Señor. 


Es posible entender la importancia de esta conmemoración. La Cena del Señor fue instituida por Jesús poco antes de Su traición y muerte (Mateo 26:26-29; 1 ​​Corintios 11:23-26; Marcos 14:22-25; Lucas 22:14-21). Él dio el pan y el fruto de la vid (jugo de uva) para que recordemos Su cuerpo y Su sangre, que fueron dados para nuestra salvación.


Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos diciendo: 

—Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa y habiendo dado gracias, se la pasó diciendo: 

—Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados. Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. 

Mateo 26:26–29 (RV 2020)


Mientras proclamamos Su muerte, ¿qué predicamos en silencio?


—Dios ama a todos

Sin embargo, Dios demuestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos 5:8 (RV 2020)


Jesús fue a la cruz porque Dios nos ama y ha hecho que la salvación y la vida eterna estén disponibles para todos los que están perdidos en el pecado.


—Jesús vive

Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Poned la mira en las cosas del cielo, no en las de la tierra.

Colosenses 3:1–2 (RV 2020)


Al tercer día, Él se levantó de la tumba y ascendió al cielo para sentarse y reinar a la diestra del Padre (Hechos 2:32-36). Su muerte no fue el final de la historia. Jesús prometió a sus discípulos que bebería del fruto de la vid "nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mateo 26:29)


—Jesús es El Salvador

Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo, como Salvador del mundo.

1 Juan 4:14 (RV 2020)


La muerte del Señor presentó a Jesús como nuestro Redentor, el Salvador del mundo. Los cristianos proclamamos a nuestro Salvador cuando predicamos su muerte.


—Jesús es Rey

Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 

Colosenses 1:13–14 (RV 2020)


Al someternos al mandato de Jesús de "hacer esto en memoria de mí", estamos reconociendo la autoridad de Su Palabra. Él es nuestro Rey y Juez (Juan 12:48).


—Jesús regresará

… así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. Luego aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan. 

Hebreos 9:28 (RV 2020)


Cuando proclamamos la muerte de Jesús "hasta que Él venga", afirmamos nuestra creencia de que Jesús volverá por nosotros. 


Considera cuidadosamente lo que estás anunciando (predicando) y las eternas verdades asociadas con la muerte de Cristo, mientras tomas la Cena del Señor. Él viene. 


¡Vengo pronto! Traigo mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según lo que haya hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. 

Apocalipsis 22:12–13 (RV 2020)


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