Mi crecimiento en Cristo

 


Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, no alimento sólido, porque aún no erais capaces de digerirlo, ni los sois todavía, porque aún sois carnales…

1 Corintios 3:1–3 (RV 2020)


Una herramienta permanece útil y brillante cuando se usa, pero se oxida si no se utiliza. El crecimiento cristiano no es automático, requiere esfuerzo, algunos prefieren no hacer mucho y la pereza.


Y todo aquel que se alimenta de leche es inexperto en la palabra de justicia, porque no es más que un niño. El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. 

Hebreos 5:13–14 (RV 2020)


Uno puede ser un "bebé" durante muchos años, simplemente por falta de esfuerzo, luego se desaniman y renuncian. Problemas personales, en la iglesia, falta de educación; el desaliento comienza con una sensación de inutilidad. 


Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.  Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 

1 Corintios 15:57–58 (RV 2020)


Debemos usar nuestros dones y habilidades. Perdemos conocimiento, capacidad y la oportunidad que tenemos cuando no usamos nuestros talentos (Mateo 25:14-30). Necesitas cuidar de tu salud espiritual y no perderte por no ser útil. 


Por tanto, es necesario que prestemos más atención a las cosas que hemos oído, no sea que nos extraviemos.

Hebreos 2:1 (RV 2020)


No podemos permitir que otras cosas ahoguen nuestra vida espiritual (Marcos 4:18-19). Demasiado ocupados con trabajos, estudios y tareas diarias. No se tiene tiempo para Dios; el estudio de la Biblia, oración continua, adoración y las buenas obras abandonados. 


¿Por qué no crecer espiritualmente y ser útil en la iglesia del Señor?


Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.  Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

2 Timoteo 2:20–21 (RVR60)


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