Hacer justicia con tu vida

 

Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios. 

Miqueas 6:8 (RV 2020)

Hacer “justicia” es actuar para con Dios y el hombre de acuerdo con la norma divina de justicia revelada. Desde el AT esto fue lo que requería el Señor. Un cristiano, vive, obra, juzga y hace la justicia de Dios con su vida. Es el concepto básico de ser justo a través de la justicia provista por Cristo. 

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca. Todo aquel que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, tal como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto vino el Hijo de Dios para destruir las obras del diablo. 

1 Juan 3:5–8 (RV 2020)

La decisión es siempre personal, no tenemos lugar para las excusas, practicamos la justicia o practicamos el pecado; nos hacemos siervos de la justicia (Romanos 6:17-18) o, hijos y propiedad del diablo. 

Jesús entonces replicó: —Si vuestro padre fuera Dios, me amaríais, porque yo he salido y he venido de Dios: no he venido por mí mismo. Él me envió. ¿Por qué no entendéis mi discurso? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vuestro padre es el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando miente, de sí mismo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.

Juan 8:42–44 (RV 2020)

Se nos manda hacer justicia y “juzgar con justo juicio”, no según las apariencias (Juan 7:24). Jesús dijo: “No juzguéis (con juicio injusto), para que no seáis juzgados..." (Mateo 7:1-2). El propósito es atender a lo que oímos de Él, la luz manifiesta lo oculto y secreto; la luz de Cristo no se esconde. 

También les dijo: —¿Acaso se enciende una lámpara para ponerla debajo del almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero. Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado ni secreto que no haya de salir a la luz. Si alguno tiene oídos para oír, oiga. Les dijo también: —Prestad atención a lo que oís, porque con la medida con que medís a los demás, seréis medidos, y aun más que eso. Pues al que tiene se le dará, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

Marcos 4:22–25 (RV 2020)

Porque todos seremos juzgados (Hebreos 9:27; Eclesiastés 12:13-14), según lo que hicimos. Por la justicia en la que vivimos, procurando agradar a Señor; o por lo malo que hayamos hecho en vida. 

Pero estamos confiados, y preferimos mucho más dejar el cuerpo para ir a habitar junto al Señor. Pero tanto si estamos en este cuerpo, como si lo dejamos, procuramos agradarle, porque todos nosotros hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba el pago según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. 

2 Corintios 5:8–10 (RV 2020)

La Palabra de Dios será el estándar del justo juicio (Apocalipsis 16:7). El Señor Jesucristo viene en breve, debemos obrar y vivir haciendo justicia mientras tanto. Él trae consigo nuestro galardón, según lo que hicimos. ¿Obras la justicia de Dios con tu vida?

El que es injusto, que siga siendo injusto; el que es impuro, que siga siendo impuro; el que es justo, que siga practicando la justicia, y el que es santo, que se siga santificando. ¡Vengo pronto! Traigo mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según lo que haya hecho. 

Apocalipsis 22:11–12 (RV 2020)

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