Confiar en el hombre y no en Dios
Así ha dicho el Señor: ¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta del Señor!
Jeremías 17:5 (RV 2020)
Jeremías proclamó la maldición de Dios sobre aquel que “confía en el hombre”. Puedes confiar aún en tus propias fuerzas, será peor si confías en las capacidades de otro ser humano. Todos, sin hacer la voluntad de Dios, fallan.
Será como la retama en el desierto, y no verá cuando llegue el bien, sino que morará en los sequedales, en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
Jeremías 17:6 (RV 2020)
En contraste, “el hombre que confía en el Señor” es “como un árbol plantado junto a las aguas”. Florece y sobrevive cuando llega el calor de la angustia porque Dios es “manantial de aguas vivas” (Jeremías 17:7-8, 13). Es obvio, debo de confiar en Dios y en nadie más.
¡Bendito el hombre que confía en el Señor, cuya confianza está puesta en el Señor!, porque será como el árbol plantado junto a las aguas, pues junto a la corriente echará sus raíces. No temerá cuando llegue el calor, sino que su hoja estará verde. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto.
Jeremías 17:7–8 (RV 2020)
Hay un contraste real en confiar en Dios para todo en tu vida y en no hacerlo, confiando en los hombres (tal vez en mis propios esfuerzos). Si confío en Él mantengo Su bendición, aún en tiempo de dificultad voy a reverdecer y dar fruto.
Tened cuidado de que nadie os seduzca por medio de filosofías y engaños infundados basados en tradiciones humanas y conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y en él vosotros estáis completos, pues él es la cabeza de todo principado y potestad.
Colosenses 2:8–10 (RV 2020)
Debo tener cuidado de confiar en tradiciones hechas por hombres y no en Cristo. En Él todo cristiano se encuentra completo, porque nos provee de toda Su plenitud como deidad, Él reina con toda autoridad sobre todo poder existente.
¡Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos! ¡Temblad aterrados!, dice el Señor. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han dejado a mí, fuente de agua viva, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.
Jeremías 2:12–13 (RV 2020)
Israel abandonó a Dios al confiar en los hombres. Él comparó esto con hacer y usar cisternas rotas. (un pozo profundo, dónde almacenar agua). Sin beber del agua viva dada por Dios, cavaron “cisternas rotas” que no saciaban sus almas.
¿Por qué pleiteas conmigo? Todos vosotros os rebelasteis contra mí, dice el Señor. En vano he azotado a vuestros hijos: no han admitido la corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león que todo lo destroza. ¡Oh generación!, atended vosotros a la palabra del Señor. ¿He sido yo un desierto para Israel o una tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: «Somos libres; nunca más vendremos a ti»?
Jeremías 2:29–31 (RV 2020)
Muchos cristianos debemos reflexionar atendiendo a la advertencia del profeta de no construir y beber de cisternas rotas, no satisfacen el alma ni agrada a Dios. Debemos fortalecer nuestra fe en obediencia, no ser rebeldes como Israel.
Hermanos, os felicito porque os acordáis de mí en todo y mantenéis mis normas tal y como os enseñé. Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo.
1 Corintios 11:2–3 (RV 2020)
Nos mantenemos firmes sin abandonar la enseñanza apostólica, obedientes a la Palabra de Dios; con la autoridad correcta que viene del cielo. Y nos esforzamos en ser obreros aprobados por Él, que exponemos bien Su Palabra.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que expone bien la palabra de verdad.
2 Timoteo 2:15 (RV 2020)
Si eres un(a) cristiano(a), nunca dejamos de confiar en Dios por confiar en los hombres, ni en uno mismo. Sigo a Cristo en todo, obro la voluntad de Dios. Si aún no eres de Cristo, Él espera por ti, confía en Él y obedece a Su Evangelio.
¡Señor, esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán avergonzados, y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo, porque dejaron al Señor, manantial de aguas vivas.
Jeremías 17:13 (RV 2020)
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