Entre el bien y el mal

 


Y todo aquel que se alimenta de leche es inexperto en la palabra de justicia, porque no es más que un niño. El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. 

Hebreos 5:13–14 (RV 2020)


Crecer tiene sus retos y beneficios. No puedes detener tu crecimiento físico. Y, todo ser vivo crece, se desarrolla. En este mundo siempre tendrás contacto con el bien y el mal, necesitas el sentido de entender entre ambos y elegir el bien.


¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se acuestan con hombres, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 

1 Corintios 6:9–10 (RV 2020)


Necesitas ejercitar tus sentidos para discernir tanto el bien como el mal. No hay soluciones automáticas para todas las situaciones. Nadie decidirá por ti. Es la voluntad de Dios la que decide todo asunto en la vida, para heredar Su reino.


Sin embargo te confieso esto: que sirvo al Dios de mis padres según el Camino que ellos llaman secta. Creo en todo lo que está escrito en la Ley y en los Profetas, y tengo, como ellos, la misma esperanza en Dios de que ha de haber resurrección de los muertos, tanto de justos como de injustos. Por esto procuro tener siempre una conciencia limpia ante Dios y ante los hombres. 

Hechos 24:14–16 (RV 2020)


El apóstol Pablo (en su defensa) da a conocer su decisión de servir a Dios según el “Camino” cristiano. Aunque sólo servía a la religión judía. Y por la razón de su servicio deseaba tener una conciencia limpia. Eligió el bien.


Las obras de la carne son fáciles de reconocer, y son: adulterio, inmoralidad sexual, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 

Gálatas 5:19–21 (RV 2020)


Nuevamente, aquí como en 1 Corintios 6:10 se habla de la imposibilidad de heredar el reino de Dios; si llevas un tipo de vida que decidió por vivir en el mal. Tú puedes discernir y elegir lo que te da mayor seguridad y paz: El reino de Dios.


Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra estas cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Gálatas 5:22–25 (RV 2020)


Dar frutos del Espíritu Santo, al ser un(a) cristiano(a); dejando que Él me instruya, que transforme mi vida y que viva según Sus mandamientos me permite ser libre de culpa, porque “contra estas cosas no hay ley” (Gálatas 5:23)


Los alimentos son para el estómago, y el estómago para los alimentos; pero tanto al uno como a los otros Dios los destruirá. Pero el cuerpo no es para la inmoralidad sexual, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. 

1 Corintios 6:13–14 (RV 2020)


Tu vida tiene un cuerpo físico y un interior espiritual, eres un alma viviente. El diseño divino del cuerpo físico es para que sea del Señor Jesucristo; para que hagas Su voluntad. ¿Listo para la vida eterna, haciendo el bien?


Pero por la dureza y obstinación de tu corazón vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio, y pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, al perseverar en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad; pero castigará con ira y enojo a los que por ambición personal no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.

Romanos 2:5–8 (RV 2020)


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