Dios es soberano
El Señor no retarda su promesa, tal como algunos piensan, sino que es paciente con nosotros, pues no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche…
2 Pedro 3:9–10 (RV 2020)
Nunca podemos limitar las acciones soberanas de Dios. Él, en Su soberanía, dio a Sus criaturas libre albedrío. Sí, Dios quiere que “todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9), aunque no todos elegirán el camino de Dios (Mateo 7:13-14). En Su justicia perfecta Él nos permite la elección.
Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, mas el que no crea será condenado.
Marcos 16:15–16 (RV 2020)
El deseo de Dios es que la buena noticia de la salvación se anuncie a todos, pero el Señor decreta que “el que no crea será condenado”. En Su sabia soberanía y poder, elige llamar al arrepentimiento y la salvación a través de Su Palabra escrita.
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella; pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hallan.
Mateo 7:13–14 (RV 2020)
Hoy, todos (tú y yo), podemos oír las palabras de Jesús a través del registro inspirado por el ES, en los evangelios. Él llama a ingresar por la puerta correcta a la salvación, a la vida verdadera. En Sus palabras, son pocos los que la hallan.
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están recogidas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
Juan 20:30–31 (RV 2020)
En el mensaje apostólico, inspirado y registrado para nosotros (1 Juan 1:5–7), hallamos evidencias de Su naturaleza y de cómo participar en Su comunión por Jesucristo, escritas “para que creáis que Jesús es el Cristo” (Juan 20:31), y tener vida en Él.
Este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz, y en él no hay ninguna oscuridad. Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:5–7 (RV 2020)
El ES guió a los apóstoles “a toda la verdad” (Juan 16:13), la palabra de Dios (Juan 17:17), Él es (el Espíritu Santo) quien convencerá “al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8). El propósito soberano de Dios de nuestra salvación.
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.
Mateo 11:27–30 (RV 2020)
A través de las Escrituras el ES clama en nombre de la divinidad: “Venid a mí todos…” (Mateo 11:28), en las palabras de Jesús. Y nos dice: “Sed salvos de esta perversa generación” (Hechos 2:40). Dios llama a la salvación en Su soberanía.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar para los judíos y también para los griegos. Porque en el evangelio, la justicia de Dios es revelada por medio de la fe y para la fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 1:16–17 (RV 2020)
Nuestro soberano Dios nos revela Su poder para la salvación en el Evangelio, el cual obedeciendo, llega a obrar Su voluntad en nuestras vidas. No puedo disminuir la importancia y el poder de la palabra escrita (Romanos 10:17).
Por medio de él creéis en Dios, quien lo resucitó de los muertos y lo ha glorificado, para que vuestra fe y esperanza estén puestas en Dios. Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para amaros sinceramente como hermanos. Así que amaos unos a otros entrañablemente, con corazón puro, pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre…
1 Pedro 1:21–23 (RV 2020)
Amigo(a), ¿verdad que todos podemos conocer y obedecer el plan de Dios para nuestra salvación? Si aún no eres un(a) cristiano(a) puedes serlo. En Su perfecta soberanía Dios te ha dejado la elección; sí, de obedecer a Su llamado. Ven a Él.
El Espíritu y la Esposa dicen: —¡Ven! El que oye, diga: —¡Ven! Y el que tenga sed, que venga; y el que quiera, venga y tome gratuitamente del agua de la vida.
Apocalipsis 22:17 (RV 2020)
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