Un corazón de parte de Dios
¡Crea en mí, Dios mío, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu firme me sustente.
Salmo 51:10–12 (RV 2020)
Sólo Dios puede obrar en tu corazón, para hacerlo limpio y con los propósitos correctos en tu vida, según Su voluntad. David, el adúltero y asesino rey buscó la ayuda de Dios para restaurar su relación con Él, a causa de sus pecados.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan a la persona…
Mateo 15:19–20 (RV 2020)
De nuestro interior, sin la guía divina, es de donde salen los malos actos (pensar mal, matar, ser adúltero(a), fornicario(a), ladrón,mentiroso, blasfemo), lo que hace daño a otros y a quien lo practica. Dios no aprueba y condena tal vida en el pecado.
Del hombre bueno, como su corazón es rico en bondad, brota el bien, sin embargo, del hombre malo, como su corazón es rico en maldad, solo brota el mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Lucas 6:45 (RV 2020)
Puedo dañar a alguien con mi corazón, o puedo sanar y levantar su alma. Todo depende de cuánto sea “lo bueno” que haya guardado en mi corazón. Si soy de Cristo, Su dulce y sincera paz debe fluir de mi corazón, en Su servicio diario.
… porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:21 (RV 2020)
Entonces, ¿dónde se encuentra tu corazón o el mío? ¿Mi tesoro es obrar lo correcto con mi vida, llenando mi corazón con Su Palabra y haciéndola? Sólo Dios puede calificar lo que tengo dentro de mi ser interior, Él es quien me guía.
Hijo mío, pon atención a mis palabras; presta oído a mis razones. No las pierdas de vista; guárdalas en lo profundo de tu corazón, porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo. Vigila atentamente tu interior, porque de él mana la vida.
Proverbios 4:21–23 (RV 2020)
Pensamos, decidimos y actuamos mal porque dejamos espacio al miedo, que por influencia y presión externas nos conduce a practicar la maldad, así es como funciona este mundo caído. Sólo Jesús da la paz verdadera a mi corazón.
La paz os dejo, mi paz os doy; yo os la doy no como el mundo la da. No se angustie vuestro corazón ni tengáis miedo.
Juan 14:27 (RV 2020)
Si soy de Cristo, tengo acceso al trono de la Gracia, para elevar delante de Dios mis oraciones y ruegos; Él es quién si guarda mi corazón y pensamientos “en Cristo Jesús”. El Padre celestial desea mi salvación en Cristo, Él te llama por el Evangelio.
No estéis preocupados por nada, sino más bien, dad a conocer vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6–7 (RV 2020)
Un corazón correcto, es el que Dios provee cuando quebrantado, humillado y arrepentido voy a Sus pies rogando por Su Misericordia; y el Padre celestial te recibe en paz. Hoy puedes limpiar tu corazón en la sangre de Cristo, ¡ven a Él!
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, mi Dios.
Salmo 51:17 (RV 2020)
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