Él se preocupa por ti
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:6–7 (RV 2020)
En diferentes circunstancias puedes llegar a sentir que a nadie le importas, el salmista David se sintió así (Salmo 142:1-2, 4). Sabemos que Dios está atento a lo que nos sucede, podemos traer nuestra ansiedad a Él, porque nos cuida.
Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien quiera conocer. ¡No tengo refugio
ni hay quien cuide de mi vida! Clamé a ti, Señor; dije: «¡Tú eres mi esperanza y mi porción en la tierra de los vivientes!».
Salmo 142:4–5 (RV 2020)
Los evangelios enseñan que Jesús se preocupa (Mateo 9:36; Mateo 23:37; Marcos 4:38-39). Y hay mucho que el Señor ha hecho por ti y por mi, lo que ciertamente prueba que le importas, entregó Su vida por nuestro rescate.
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre aunque era rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.
2 Corintios 8:9 (RV 2020)
Jesús se hizo pobre para que los que pertenecemos a Su reino pudiéramos ser ricos; tomó la forma de un siervo (Filipenses 2:5-7) por nosotros, así poder cumplir el plan de salvación que el Padre diseñó para alcanzar vida eterna.
Así que, vosotros sentid esto mismo que Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los seres humanos…
Filipenses 2:5–7 (RV 2020)
Jesús se quedó sin hogar físico (Mateo 8:20) para que tu y yo pudiéramos tener un hogar celestial, Él fue a prepararnos una mansión en el cielo (Juan 14:1-3). Donde los propósitos de Dios y Sus promesas se cumplan para nosotros.
No se angustie vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy, pues, a prepararos un lugar. Y una vez me haya ido y haya preparado lugar, vendré de nuevo y os llevaré conmigo, para que estéis también donde yo esté.
Juan 14:1–3 (RV 2020)
Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo se preocuparon por nuestra salvación en un hogar eterno (2 Corintios 5:1-6). Lo hicieron para que pudieras acumular tesoros en el cielo (Mateo 6:19-20), y vivir confiado en Cristo.
Pero estamos confiados, y preferimos mucho más dejar el cuerpo para ir a habitar junto al Señor. Pero tanto si estamos en este cuerpo, como si lo dejamos, procuramos agradarle…
2 Corintios 5:8–9 (RV 2020)
#losolivosiglesiadecristo
#losolivosidc
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por ingresar a nuestro blog, apreciamos tus aportes. Dios te bendiga!