Fidelidad y pureza espiritual

 

¡Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida! 

Apocalipsis 2:10 (RV 2020)

Es posible ser fiel y puro, en este mundo de calumnias, pobreza (material y moral), de sufrimiento; es la directiva que el Señor da a la iglesia en Esmirna: no temas al sufrimiento, ni al diablo, sé fiel. Te espera tu corona de vida eterna.

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 

1 Corintios 15:58 (RV 2020)

El bautismo no es el final, sino el inicio del camino que conduce al cielo. Desde donde puedes conocer mejor a Dios y servir al Señor, un esfuerzo constante de crecer espiritualmente; con áreas en las que necesitas ser fiel y puro(a) para Él.

También vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.

1 Pedro 2:5 (RV 2020)

Una vida de continua obediencia y adoración, sin dejar de reunirse con el pueblo del Señor (Hebreos 10:25). Allí es donde un(a) cristiano(a) adora, se edifica, sirve al Señor, ofrece sacrificios espirituales que agraden a Dios.

Pero el momento ha llegado: ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque el Padre busca tales adoradores. Dios es Espíritu y es necesario que quienes le adoran lo hagan en espíritu y en verdad. 

Juan 4:23–24 (RV 2020)

Recuerda, el pueblo de Dios debe adorar en espíritu y en verdad (Juan 4:24):

—Orando (1 Tesalonicenses 5:17)

—Cantando (Efesios 5:19)

—Tomando la Cena del Señor (Hechos 20:7)

—Estudio y Predicación (2 Timoteo 4:2)

—Ofrendando (1 Corintios 16:2)

Esta gracia nos enseña que, al renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en estos tiempos de manera sobria, justa y piadosamente mientras aguardamos el feliz cumplimiento de nuestra esperanza y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. 

Tito 2:12–13 (RV 2020)

Su Gracia nos enseña cómo vivir “de manera sobria, justa y piadosamente”; que sólo se hace abandonando (renunciando) a la impiedad y deseos mundanos. Aguardando feliz la llegada de mi Señor, ¡sí puedo ser fiel y puro(a)!

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, como son las pasiones carnales, los deseos impuros que entran por los ojos y la arrogancia de vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo y sus pasiones pasan, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 

1 Juan 2:15–17 (RV 2020)

Aunque vivas en un mundo inmoral, indecente, obsceno, sucio y cruel, es posible no amarlo y ser fiel; haciendo la voluntad de Dios, permanezco fiel en Su amor. Amándole más a Él podemos no amar a este mundo, y vivir siempre con Él.

Examinadlo todo y retened lo bueno. Apartaos de toda clase de mal. 

1 Tesalonicenses 5:21–22 (RV 2020)

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