¿No has leído?
Y respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os dijo Dios?: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Mateo 22:31–32 (RV 2020)
Somos responsables de entender las palabras de Dios; la frase "no has leído" y sus variaciones ocurren con cierta frecuencia en los evangelios. Así, la lectura del AT provee una comprensión correcta de la voluntad de Dios.
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis y no entenderéis; y viendo veréis y no percibiréis, porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido: y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos para que no vean con los ojos ni oigan con los oídos ni con el corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane.
Mateo 13:14–15 (RV 2020)
Una negativa o fracaso en entender la voluntad de Dios refleja un espíritu de rebelión (Mateo 13:10-17). Los críticos de Jesús fueron condenados por no sacar la conclusión correcta y hacer la aplicación adecuada para su salvación.
Jesús respondió: —¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no les estaba permitido comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes. ¿O no habéis leído en la ley cómo en sábado los sacerdotes en el templo profanan el reposo sagrado y quedan impunes?
Mateo 12:3–5 (RV 2020)
Jesús responde a la acusación de que sus discípulos violan el sábado, preguntó: "¿No has leído?" de David comiendo el pan, y la exención por el servicio sacerdotal (Mateo 12:1-7; Marcos 2:23-28). Porque ignoraban las Escrituras.
Pero el principal dirigente de la sinagoga, enojado por el hecho de que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la multitud: —Seis días hay en que se debe trabajar. Venid a curaros en esos días y no en sábado. El Señor le respondió: —¡Hipócritas! ¿No desata en sábado cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
Lucas 13:14–15 (RV 2020)
Las críticas fueron injustificadas porque Jesús es el Señor del sábado (Lucas 6:5). Y, fue condenado por sanar en sábado, Él recordó a sus críticos que las reglas podrían verse afectadas por circunstancias atenuantes (Lucas 13:15; 14:5-6).
Él respondió: —¿No habéis leído que el que los hizo al principio, hombre y mujer los hizo y dijo: Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne? Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió, que no lo separe nadie.
Mateo 19:4–6 (RV 2020)
Al responder a los fariseos sobre el divorcio, Jesús preguntó: "¿No has leído", la intención original de Dios para el matrimonio? (Mateo 19:3-12, esp. v. 4). Al instituir el matrimonio, Dios implica un compromiso de por vida (Génesis 2:18-24).
Pero los principales sacerdotes y los escribas se enojaron al ver las maravillas que hacía y al observar que los muchachos le aclamaban en el templo diciendo «¡Hosana al Hijo de David!». Y le dijeron: —¿Oyes lo que estos dicen? Jesús les respondió: —Sí. ¿Nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman haces salir la alabanza?
Mateo 21:15–16 (RV 2020)
Respondiendo a la negación de la resurrección por parte de los saduceos, Él preguntó: "¿No has leído". El lenguaje del relato del Éxodo implica que el alma sobrevive más allá de la muerte (Mateo 22:31–32). “¿Nunca leísteis?”, obvia respuesta: NO.
Y tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es para salvación. Así os ha escrito también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada. En casi todas sus epístolas habla de estos temas, aunque hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tuercen, como hacen también con las otras Escrituras, para su propia perdición.
2 Pedro 3:15–16 (RV 2020)
Los “ignorantes” (no leen ni conocen), e “inconstantes” (no frecuentan la Biblia, “nunca leen”) tuercen la voluntad divina. Sin conocimiento ni comprensión, será “para su propia perdición” (Isaías 1:3; 5:13; Oseas 4:6; Malaquías 2:7-9; Jeremías 6:16-17); por favor, LEE.
Así que vosotros, amados, puesto que ya sabéis todo esto de antemano, estad en guardia, no sea que arrastrados por el error de esos malvados seáis engañados y caigáis de vuestra firme posición. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
2 Pedro 3:17–18 (RV 2020)
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