Sigue tu crecimiento espiritual
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor.
1 Pedro 2:2–3 (RV 2020)
Todo "bebé" en Cristo debe crecer, al igual que los bebés en las familias necesitan crecer de manera natural. El crecimiento (desarrollo) es necesario en toda área de tu vida, y especialmente en la vida espiritual.
Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo.
Efesios 2:19–20 (RV 2020)
La edificación espiritual es una lucha constante por mejorar, avanzando en conocer mejor a tu Señor y Salvador, donde la Palabra de Dios enfatiza el crecimiento cristiano (Efesios 4:14-15; 1 Pedro 2:2; 2 Pedro 3:18).
Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros. Es justo hacerlo, porque vuestra fe va creciendo y el amor que os tenéis unos a otros es cada vez más grande.
2 Tesalonicenses 1:3 (RV 2020)
Tu crecimiento en la fe debe ser integral y equilibrado. Crecer en celo espiritual, en capacidad para enseñar, en un carácter similar a Cristo, en buenas obras. En un amor entre cristianos “cada vez más grande”.
Y todo aquel que se alimenta de leche es inexperto en la palabra de justicia, porque no es más que un niño. El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Hebreos 5:13–14 (RV 2020)
No debes llenarte de “conocimiento intelectual”, sino de entender la voluntad de Dios, debe madurar en su relación con Dios, para hacer Su voluntad. Dejando de ser niño(a) espiritual, alcanzando la madurez en Él.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: me olvido ciertamente lo que queda atrás y me extiendo a lo que está delante, es decir, prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13–14 (RV 2020)
Aunque pasamos por dificultades, lo que produce en nosotros un resultado de gloria (2 Corintios 4:17). Pablo igual se esforzaba por seguir hacia adelante, prosiguiéndose al blanco, al premio del “llamamiento de Dios”.
Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, no obstante, el interior se renueva de día en día. Porque esta tribulación, que es leve y momentánea, produce en nosotros una gloria cada vez más excelente y eterna. Por eso, no nos fijamos en las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:16–18 (RV 2020)
Algunos inician bien en la fe, pero se desaniman y renuncian. Problemas personales, falta de ánimo, de instrucción (poco estudio bíblico) suelen ser las causas. En Jesucristo, Dios nos da la victoria “creciendo… siempre”.
Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 15:57–58 (RV 2020)
Debo seguir buenos ejemplos para ser ejemplo a los hermanos en la iglesia local, siguiendo el ejemplo apostólico. Por la mucha falsa enseñanza de los “enemigos de Cristo”. (Filipenses 3:17-21), no debo dejar de crecer en Jesucristo.
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
2 Pedro 3:18 (RV 2020)
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