Revisando mis prioridades


 

El Señor conoce los pensamientos humanos, y sabe que son vanidad. Dichoso aquel a quien tú, Señor, corriges, y en tu ley lo instruyes para hacerlo descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo. 

Salmo 94:11–13 (RV 2020)


Si tu agenda está apretada, a diario das un tiempo a analizar tus prioridades. Si eres organizado(a), metódico(a) y das tu mejor esfuerzo, entonces cumples tus metas, ¿verdad? Dios instruye y corrige tu vida para lo mejor, ¡Él es tu prioridad!


El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Solo romperá y quebrará los terrones de la tierra? Cuando ya ha preparado su superficie, ¿no esparce el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, la cebada en el lugar señalado y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios lo instruye 

y le enseña lo recto… 

Isaías 28:24–26 (RV 2020)


Dios te aconseja “admirablemente, y es grande en sabiduría” (Isaías 28:29), que te permite hacer bien las cosas. ¿No es cierto que tener una guía para un buen desempeño es mejor que equivocarse a cada paso? Así es con tu vida espiritual.


¡Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo! Yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. Tus ventanas haré de piedras preciosas; tus puertas, de piedras de carbunclo, y toda tu muralla, de piedras preciosas. Todos tus hijos serán enseñados por el Señor, y se multiplicará la paz para ellos. 

Isaías 54:11–13 (RV 2020)


La infiel nación de Israel sufría sin algún consuelo; y a causa de Su promesa Dios señala que será restaurada para mejor. A través de Su enseñanza Dios nos guía para lograr Sus propósitos, “multiplicará la paz” para nosotros, si lo escuchamos.


Nadie puede venir a mí si el Padre, que me envió, no le trajera. Y yo le resucitaré en el día final. Escrito está en los Profetas: Y todos serán enseñados por Dios. Así que, todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, viene a mí. 

Juan 6:44–45 (RV 2020)


Debo aprender de Dios, no sólo oír sino escuchar Su voz, para venir a Jesús y alcanzar salvación; estamos ocupados en nuestro "ajetreo" diario y dejamos de lado lo más importante. Necesitas hacer tiempo para estudiar la Palabra de Dios. 


Marta, en cambio, estaba muy atareada con los quehaceres de la casa y acercándose a Jesús le dijo: —Señor, ¿no ves que mi hermana me deja el trabajo a mí sola? Dile, pues, que me ayude. Jesús le respondió: —Marta, Marta, estás afanada y alterada con muchas cosas. Sin embargo, solo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte y nadie se la quitará. 

Lucas 10:40–42 (RV 2020)


Es fácil identificarse con Marta: dio la bienvenida a Jesús en su hogar, ella se aseguraba que Él se sintiera cómodo; y María escuchaba a Jesús. Lo que Marta hacía no estuvo mal, pero no dió tiempo para la "mejor parte", María sí lo hizo.


Ante todo recomiendo que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todas las personas; por los reyes y por todos los que ocupan cargos relevantes, para que disfrutemos de una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y honestidad. Porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los seres humanos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 

1 Timoteo 2:1–4 (RV 2020)


Debes hacer tiempo para orar, rogar por los propósitos de Dios: que todos sean salvos; debes leer Su Palabra, no sólo un verso rápido, sino leer, meditar y orar. Alimento espiritual que bendice (Salmo 1:1-2), toma tu tiempo para alimentarte.


Las ancianas asimismo deben portarse con reverencia. Que no sean calumniadoras ni esclavas del vino, sino maestras del bien. Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, puras, cuidadosas de su casa, bondadosas y sumisas a sus maridos, para que nadie pueda hablar mal de la palabra de Dios. 

Tito 2:3–5 (RV 2020)


Debes dar tiempo a tu familia, tienes el privilegio y la responsabilidad de criar a tus hijos en el Señor (Efesios 6:4), nutrir a tu esposa, cuidarla y amarla como Cristo amó a la iglesia (Efesios 5:25, 29) y ella a ti, y a vuestros hijos (Tito 2:3-5).


Mantengamos firme, sin fluctuar, la esperanza que profesamos, porque fiel es el que ha hecho la promesa. Y tengámonos en cuenta unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; al contrario, animémonos unos a otros, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 

Hebreos 10:23–25 (RV 2020)


Debes dar tiempo a tu familia espiritual, ellos(as) necesitan de tu consideración (Hebreos 10:24-25) y tú los necesitas. Debes ser fiel, dar ejemplo, y juntos vivir una fe firme en Jesucristo, aguardando y amando Su regreso ¡Él tiene prioridad!


El que es injusto, que siga siendo injusto; el que es impuro, que siga siendo impuro; el que es justo, que siga practicando la justicia, y el que es santo, que se siga santificando. ¡Vengo pronto! Traigo mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según lo que haya hecho. 

Apocalipsis 22:11–12 (RV 2020)


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