Humildemente humillado

 

Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios. 

Miqueas 6:8 (RV 2020)

El orgullo es principalmente egocéntrico. Busca el mejor asiento de la casa, después de todo pudiera decir: "¡Me lo merezco!" (Lucas 14:8-9). Piensa en sí mismo primero y en otros en segundo lugar, si es que lo hace (Lucas 14:12-14). 

La humildad, por otro lado, valora a los demás por encima de sí mismo. En este mundo que da gran valor a salir adelante y hacerse un nombre, la enseñanza de Dios es mejor: 

Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; como un muro defensivo se las imagina. El orgullo humano es presagio del fracaso, la humildad es preludio de la gloria. 

Proverbios 18:11–12 (RV 2020)

Si te exaltas antes que los demás, al menos deberías entender que ya te has exaltado a ti mismo ante tus propios ojos. Rechaza toda esa importancia personal. Sé humilde, y Dios te levantará a su debido tiempo (1 Pedro 5:6).

Así que, cuando te inviten, siéntate en el último lugar para que cuando venga el anfitrión te diga: «Amigo, sube más arriba, a un lugar más importante». Entonces aumentará tu prestigio delante de los otros invitados. Porque cualquiera que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. 

Lucas 14:10–11 (RV 2020)

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