La iglesia que pertenece a Cristo


Él les preguntó: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Dijo Simón Pedro: —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: —Dichoso eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no tendrán poder para vencerla. 

Mateo 16:15–18 (RV 2020)


La iglesia de Cristo no fue una idea improvisada en la mente de Dios. No se construyó sobre Pedro ni sobre ningún otro hombre, sino sobre la verdad fundamental que Pedro confesó; Jesús es "el Cristo, el Hijo del Dios viviente". 


Jesucristo es la base (el fundamento) sobre la que se basa Su iglesia (1 Corintios 3:11). La iglesia es importante porque Jesús la compró con su propia sangre (Hechos 20:28). El “poder” de la tumba no pudo impedir que Jesús construyera su iglesia. 


Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, pero otro edifica encima; así que cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, que es Jesucristo. 

1 Corintios 3:10–11 (RV 2020)


El hombre no debe “abaratar” la iglesia del Señor convirtiéndola en un club social (un lugar de diversión), un comité de acción política (un “poder” político/religioso) o una agencia de sabiduría humana impulsada por un credo (un grupo religioso, una institución humana). La iglesia es el cuerpo de Cristo y Él es su cabeza.


Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo puso como cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. 

Efesios 1:22–23 (RV 2020)


La iglesia y la salvación se encuentran absolutamente unidas, ya que la iglesia es Su cuerpo y Jesucristo es "el Salvador del cuerpo". La iglesia que Jesús construyó está compuesta por almas salvadas por Su Evangelio. 


Ahora, hermanos, os recuerdo el evangelio que os he predicado. Es el evangelio que recibisteis, en el cual seguís firmes. Por medio de este evangelio seréis salvos, si retenéis la palabra que os he predicado. De lo contrario, habréis creído en vano. En primer lugar os he enseñado lo que yo también recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras… 

1 Corintios 15:1–4 (RV 2020)


Hoy, a través de la obediencia al Evangelio Jesucristo sigue añadiendo a Su iglesia a los que son salvos (Hechos 2:47). Por la Palabra de Dios sabemos que la iglesia es valiosa para Cristo. 


¿Qué tan valiosa es la iglesia del Señor para ti? Obedece al Evangelio hoy, para la gloria de Dios, que sólo se puede dar en la iglesia que pertenece a Cristo.


Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. 

Efesios 3:20–21 (RV 2020)


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