Un ser espiritual
Pero el ser humano natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1 Corintios 2:14 (RV 2020)
El "hombre natural" es la persona que se niega a ser guiada por la revelación divina. Una persona así "no recibe las cosas del Espíritu de Dios", que fueron reveladas a los apóstoles de Cristo y pronunciadas por inspiración divina (1 Corintios 2:10-13). Vive su vida a través del razonamiento humano.
Un "hombre natural", en su forma carnal de pensar, no tiene el discernimiento espiritual para recibir el mensaje divino de corrección o exhortación. Para él, "el mensaje de la cruz es una tontería"; es carnal, y está pereciendo cada día en sus pecados (1 Corintios 1:18).
Aparte, una persona "espiritual" examina todas las cosas a la luz de la Palabra de Dios y se niega a tratar de decirle a Dios cuál debería ser Su voluntad (lo cual sí sería una “tontería”). Sino que es sabio/a y coherente, siendo guiado/a por la voluntad perfecta de Dios.
Los cristianos tenemos "la mente de Cristo" en la palabra apostólica (el Evangelio), mientras somos guiados en la “sana doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42; Tito 2:1). Los que somos espirituales confiamos en la voluntad divina y nos ajustamos a ella.
Sé un ser espiritual, no sólo un “hombre natural”, carnal. Sigue la voluntad de Dios a través de Su Palabra para ser “transformados por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2).
Ven a Cristo, obedece al Evangelio, y vive como un ser espiritual.
En cambio, el espiritual discierne todas las cosas, sin que él sea sometido a discernimiento por nadie. Porque ¿quién conoce la mente del Señor para instruirlo? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.
1 Corintios 2:15-16 (RV 2020)
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