Sólo Dios es mi fuerza
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra los engaños del diablo.
Efesios 6:10–11 (RV 2020)
¿Qué necesitas para combatir a tu enemigo? Fuerzas, estar fortalecido/a con el poder del Señor ¿Qué necesitas para estar firme ante un mentiroso enemigo? Toda la armadura de Dios, porque sólo Él puede darte victoria sobre Satanás, nuestro enemigo.
Mi fortaleza y mi cántico es el Señor, y él me ha sido por salvación.
Salmo 118:14 (RV 2020)
A través del AT vemos la fuerza poderosa de Dios, quien liberó a Israel de la esclavitud y/o el exilio en tierra extranjera, en el Nuevo Pacto Cristo salva a los pecadores de la esclavitud del pecado. Sólo Dios es nuestra salvación (y nuestro canto de gozo), pero, no nos ganamos el derecho a ser salvos.
El Señor destruirá todos los labios aduladores, y la lengua que habla con arrogancia; a los que han dicho: «Por nuestra lengua prevaleceremos, nuestros labios son nuestros, ¿quién es señor de nosotros?». «Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré —dice el Señor—, pondré a salvo al que por ello suspira».
Salmo 12:3–5 (RV 2020)
Sí, Dios pone a salvo a quienes “por ello suspiran” (Salmo 12:5). Arrepentido/a de tu condición de pecado, humilde ante Su salvación debes venir a Jesucristo, quien es el único Redentor del mundo; no hay salvación en ningún otro nombre bajo el cielo (Hechos 4:12). El hombre no prevalece por su propio “poder” (fuerzas), tampoco a través del engaño del enemigo: Satanás.
Vuestro padre es el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando miente, de sí mismo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.
Juan 8:44 (RV 2020)
Sí, Satanás miente buscando tu destrucción (es “homicida desde el principio”), por eso en este mundo te engaña (te ciega) para que no creas al Evangelio de Cristo (2 Corintios 4:3-4), ni que Él sea tu fuerza. Dios no salvará a los infieles, desobedientes, ni incrédulos.
No olvides: ¡Dios es poderoso para salvar! Obedece a Su Palabra, sin negarlo; y que sólo Él sea tu fuerza en esta vida.
Yo conozco tus obras. He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, pues aunque tienes poca fuerza, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre.
Apocalipsis 3:8 (RV 2020)
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