Determina tu fidelidad a Dios
Si el oro, que es perecedero, se prueba con fuego, cuánto más vuestra fe, que es de más valor, debe ser sometida a prueba. Así, al ser probada, vuestra fe se convertirá en motivo de alabanza, gloria y honra cuando se manifieste Jesucristo.
1 Pedro 1:7 (RV 2020)
Es una realidad que Satanás inflige mal en este mundo caído a causa del pecado; es un agente de aflicción para los hombres (Job 1:12-19; 2:4-8; Lucas 13:10-17). El apóstol Pablo llevaba un “aguijón” en su cuerpo, “un ángel de Satanás” que le abofeteaba.
Y para que por la grandeza de las revelaciones no me envanezca demasiado, se me clavó un aguijón en mi cuerpo, un ángel de Satanás para que me abofetee. Tres veces he rogado al Señor que me lo quite. Pero él me ha dicho: «Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me jactaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo habite en mí.
2 Corintios 12:7–9 (RV 2020)
Dios nos permite participar de pruebas, así determinar nuestra fidelidad (Job 1:6-12; 2:1-6), de esta manera Él “templa” nuestra fe (1 Pedro 1:7), produciendo paciencia y resistencia (Santiago 1:2-4); aunque suene extraño, podemos ser “dichosos” resistiendo la tentación y pasando la prueba, bajo el amor que tenemos por Dios, para vida.
Dichoso el que resiste la tentación, porque cuando haya pasado la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman. Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo arrastran y lo seducen. Estos malos deseos conciben y dan a luz el pecado; y el pecado, una vez cometido, da a luz la muerte.
Santiago 1:12–15 (RV 2020)
Entonces, necesitamos superar nuestra debilidad con Su fuerza (2 Corintios 12:7-10); sólo podemos fortalecernos en Dios y tener fuerzas en Sus fuerzas, ¿cómo?: revestidos de toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-11), para poder resistir y permanecer firmes en Él (Efesios 6:13). Porque nuestra lucha no es contra “carne y hueso” sino contra “fuerzas espirituales del mal” (Efesios 6:12).
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra los engaños del diablo. Porque no tenemos lucha contra enemigos de carne y hueso, sino contra autoridades, contra poderes, contra los señores que dominan este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal que están en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo podáis resistir y permanecer firmes después de haber acabado todo.
Efesios 6:10–13 (RV 2020)
Debemos recordar que Dios usa el mal de Satanás para nuestro bien mayor (Romanos 8:28), Él se encuentra en el trono (gobierna) todo el tiempo, desde allí Su reino domina sobre todos (Salmo 103:19). Nunca debemos olvidar que la Misericordia de Dios se mantiene desde y hasta la eternidad (Salmo 103:17).
Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos, sobre los que guardan su pacto y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. El Señor estableció en los cielos su trono y su reino domina sobre todos.
Salmo 103:17–19 (RV 2020)
No es extraño estar alegre mientras determinas tu fidelidad a Dios en medio de las pruebas, a través de las dificultades de esta vida física, o resistiendo el ataque continuo de Satanás.
Recuerda que seremos “afligidos” por un tiempo corto, entonces alégrate mientras vences al enemigo (al diablo, el acusador) en la sangre de Cristo (Apocalipsis 12:10-11). Determina tu fidelidad a Dios mientras tanto.
Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas.
1 Pedro 1:6 (RV 2020)
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