Practicar la justicia
Hijitos, nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, tal como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto vino el Hijo de Dios para destruir las obras del diablo.
1 Juan 3:7–8 (RV 2020)
Vivir practicando la justicia es hacer lo correcto, es tener rectitud en el carácter, la calidad de ser correcto/a en lo que haces. Porque el hombre no es capaz de guiar su propio camino (Jeremías 10:23) y los caminos de Dios no son los caminos del hombre (Isaías 55:8-9)… debo practicar la justicia que Dios me enseña.
¡Conozco, Señor, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos! ¡Castígame, Señor, pero con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles!
Jeremías 10:23–24 (RV 2020)
En lugar de vivir en el pecado (bajo el gobierno del diablo), debes practicar la justicia para ser justo/a (1 Juan 3:7), Jesucristo vino con el propósito de liberarnos del pecado, “para destruir las obras del diablo” (1 Juan 3:8). Si soy de Cristo debo buscar la justicia diligentemente (Mateo 5:6)
No os preocupéis, pues, diciendo: «¿Qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos?», porque los gentiles se preocupan por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:31–33 (RV 2020)
Jesús enseñó como primera prioridad buscar el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33), ya que la propia justicia del hombre es inaceptable (Romanos 10:1-3); practicar la justicia es vida para todo ser humano, “… en sus sendas no hay muerte” (Proverbios 12:28), porque toda injusticia es pecado y quien “ha nacido de Dios no practica el pecado”.
Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte. Sabemos bien que todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios lo protege, y el maligno no lo toca.
1 Juan 5:17–18 (RV 2020)
Para hacer lo correcto debemos ejercer el autocontrol, vivir “conforme a la voluntad de Dios“ (1 Pedro 4:1-2), las tentaciones del pecado estarán siempre presentes en esta vida, seduciéndonos; la falta de autocontrol será mi debilidad (Proverbios 16:32). Así, el pecado se debe a la falta de autocontrol y por esto daremos cuenta en el juicio final (1 Pedro 4:3-5).
Puesto que Cristo sufrió por nosotros en su cuerpo, vosotros también preparaos, adoptando esa misma actitud, pues quien sufre en su cuerpo ha roto con el pecado, para vivir el resto de su vida aquí en la tierra, no según las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.
1 Pedro 4:1–2 (RV 2020)
¿Sabes que para practicar la justicia debo controlar mis palabras, acciones y pensamientos? (2 Corintios 10:3-5), a causa del juicio venidero (2 Corintios 5:9-10). Recuerda, los injustos no heredarán el cielo (1 Corintios 6:9), nuestro destino eterno se está determinando... hoy y ahora.
El autocontrol es un indicativo de una vida guiada por el Espíritu Santo (Gálatas 5:19-20) y viviendo en la naturaleza divina (2 Pedro 1:2-11). No olvides, todos seremos juzgados (Juan 5:28-29), y tristemente, la separación eterna de Dios espera a muchos (2 Tesalonicenses 1:6-10); que nadie te engañe (1 Juan 3:7), practica la justicia.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Mateo 5:6 (RV 2020)
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