¿Qué rendir a Dios por Su Gracia?

 

Esta gracia nos enseña que, al renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en estos tiempos de manera sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos el feliz cumplimiento de nuestra esperanza y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Tito 2:12–13 (RV 2020)

No es una pregunta absurda, tiene una obvia respuesta, debo rendir todo de mí a Dios. Pero, cuando se trata de renunciar a lo malo, aún hay actitudes “razonables” de no abandonar “todo”, así como de no vivir toda esta vida de forma sobria, justa y piadosa. Pero la salvación y la vida eterna al lado de Cristo bien lo valen, ¿cierto? Rendiré todo en mi vida a Dios.

¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor. Ahora pagaré mis votos al Señor delante de todo su pueblo. 

Salmo 116:12–14 (RV 2020)

Porque somos bendecidos con "todas las bendiciones espirituales" en Cristo (Efesios 1:3), debo apreciar la bondad de Dios tomando Su copa de salvación e invocando Su Nombre (Salmo 116:13), reconocer cuan grandes oportunidades y responsabilidades se han puesto en mis manos. Su Gracia es abundante en todos y cada uno de Sus beneficios espirituales en Cristo.

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los demás, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los demás, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos. 

Mateo 10:32–33 (RV 2020)

Confesar a Jesús con mi vida es mi parte con mis acciones, actitudes y todo lo que me muestre como un/a hijo/a de Dios. No olvidaré estar agradecido/a con Dios y rendir mi vida a Él con gratitud (Efesios 5:20); manteniendo los votos que hice a Dios públicamente ("delante de todo Su pueblo", Salmo 116:14). Rendiré toda mi vida a Él.

Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la que también fuiste llamado, una vez que hiciste la buena profesión delante de muchos testigos. 

1 Timoteo 6:12 (RV 2020)

Tú cristiano y tú cristiana, haz tu parte, vive tu vida en la confesión que hiciste, de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (Mateo 10:32), nuestro Salvador (Efesios 5:23; Filipenses 3:20). Sé un buen ejemplo para otros creyentes, sin demora. También, sé una luz para este mundo de pecado (Mateo 5:14).

Pablo lo dijo a Timoteo: “pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna”, tu salvación está en juego aquí, así que no te preguntes ¿qué rendiré a Dios hoy?, sino ríndete todo/a a Su voluntad. Guarda este mandato hasta que el Señor mismo venga por ti, para ir con Él a la eternidad.

Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, te mando que guardes sin mancha e irreprensible este mandato, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo. 

1 Timoteo 6:13–14 (RV 2020)

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