Salvación para todos en Cristo


 

¿De qué le servirá a uno ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué puede dar uno a cambio de su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 

Mateo 16:26–27 (RV 2020)


¿Qué es más importante para Jesús, ganar “todo el mundo” o salvar tu alma? Nuestro Salvador dió su vida en rescate por todo aquel que cree en Él y obedece Su llamado (Juan 3:16-18), este fue el propósito eterno de Dios (Efesios 3:6-11). Todos hemos sido llamados a la salvación a través de Su mensaje, el Evangelio.


Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, que estoy preso por él. Al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el evangelio con la fuerza que viene de Dios, quien nos ha librado y nos llamó a una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su propósito y por la gracia que nos es dada en Cristo Jesús desde la eternidad de los tiempos. 

2 Timoteo 1:8–9 (RV 2020)


Sí, la salvación está determinada desde la eternidad a estar en Cristo (Efesios 1:4-6), escogidos para ser santos y sin mancha delante de Él; esta es una promesa dada antes del comienzo del mundo (Tito 1:1-2), revelada en el NT a través del conocimiento de la verdad, “la esperanza de la vida eterna”.


Los profetas que anunciaron la gracia destinada a vosotros, indagaron e investigaron con toda diligencia acerca de esta salvación. Ellos pretendían descubrir en qué circunstancias y a qué tiempo se refería el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, cuando anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y la gloria que vendría después de tales sufrimientos. Y se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo. ¡Aun los mismos ángeles anhelan contemplar estas cosas! 

1 Pedro 1:10–12 (RV 2020)


Para Jesús no hay nada que importe más en tu vida que la salvación de tu alma, así fue revelado por el Espíritu Santo (1 Corintios 2:6-13; Efesios 3:9-12) y vislumbrado por los profetas del AT (1 Pedro1:10). Jesús vino a salvar a los pecadores, llamándolos al arrepentimiento (Mateo 9:12-13; 1 Timoteo 1:15), en Cristo todos podemos venir a ser salvos por Él.


Esto que digo es muy cierto y digno de ser aceptado por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Por eso hallé misericordia, para que Jesucristo mostrara primero en mí toda su clemencia y así ser ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 

1 Timoteo 1:15–17 (RV 2020)


Una realidad triste y presente al día de hoy, pocos serán salvos (Mateo 7:13-14; Lucas 13:22-30), porque falta voluntad de seguir Su llamado, deseo de “entrar por la puerta estrecha” porque muchos quieren ir por el amplio camino de la perdición. Jesús mandó que nos esforcemos a entrar por la puerta que conduce a la vida (Lucas 13:24). 


Recuerda, no hay nada más importante que tu salvación (Mateo 16:26), tampoco olvides que Jesucristo vendrá en la gloria del Padre “… y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27). Dios quiere que todos lo seres humanos sean salvos del pecado, en Cristo.


Porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los seres humanos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 

1 Timoteo 2:3–4 (RV 2020)


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