Todo el plan de Dios


 

Por eso, quiero hoy declarar ante vosotros que estoy limpio de la sangre de todos, porque nunca me he negado a anunciaros todo el plan de Dios. 

Hechos 20:26–27 (RV 2020)


Nuestra cultura, costumbres y una moral cambiantes “silencian” el mensaje del Evangelio, porque “mantenerse” en sus gustos es prioridad; no quieren oír "todo el plan de Dios", así seguir viviendo en el pecado. Pero, ser salvo/a depende de la verdad de Dios. 


Porque yo, el Señor, no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis leyes y no las guardáis. ¡Volveos a mí y yo me volveré a vosotros!, ha dicho el Señor de los ejércitos. Pero vosotros decís: «¿En qué hemos de volvernos?». 

Malaquías 3:6–7 (RV 2020)


Sí, todos necesitamos del consejo divino para nuestra vida porque Dios nunca cambia, Su Palabra es esperanza viva y seguridad confiable para mi alma, ya que Sus propósitos eternos y Su Palabra no cambian.  


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero nadie sabe el día ni la hora, ni aun los ángeles de los cielos; solo mi Padre. 

Mateo 24:35–36 (RV 2020)


Así también, la verdad del Evangelio no cambia y tenemos disponible un camino seguro para alcanzar la salvación de nuestra alma en Cristo, según lo revelado en Su Palabra: el poder de Dios para la salvación.


Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar para los judíos y también para los griegos. 

Romanos 1:16 (RV 2020)


Entonces, ¿qué necesitamos para participar de todo el plan de Dios?: obedecer al Evangelio de Jesucristo y ejercer Su divina instrucción. Crecer y madurar en la fe al funcionar en el cuerpo de Cristo, seguir la verdad en amor.


Así ya no seremos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina y por aquellos que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Más bien, al seguir la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien articulado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la función propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. 

Efesios 4:14–16 (RV 2020)


Porque sólo la verdad de Dios te mantiene firme en tu vida, no importando las condiciones o circunstancias que esta atraviese, una fe correcta no depende de condiciones favorables para honrar a Dios.


Entonces, Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó: ¡Bendito sea el nombre del Señor! En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno. 

Job 1:20–22 (RV 2020)


Así, la fe recibida una sola vez (la fe en Jesucristo) permanezca sin cambios en nosotros, que no sea cambiada por doctrinas hechas por el hombre; vivir la verdadera fe, basada en la revelación divina, en obediencia a Su Palabra.


Amados, yo tenía un gran deseo de escribiros acerca de la salvación que tenemos en común. Pero ahora me veo en la necesidad de escribiros para animaros a que os esforcéis a perseverar en la fe que una vez fue dada a los creyentes. Pues algunos hombres, sin temor ni respeto a Dios, se han infiltrado entre vosotros. Estos hombres, que desde hace mucho tiempo ya habían sido destinados a la condenación, convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios, el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. 

Judas 3–4 (RV 2020)


Recuerda: uno podría dejar de recibir toda la verdad de Dios, todo Su consejo. Las doctrinas y las prácticas del mundo religioso en error pueden llevarnos a la condenación eterna.


Es de vital importancia que logre fortalecerme en mi llamado a la salvación a través de vivir en el Evangelio de Cristo, que mi elección cuente para vida eterna. Necesito todo el plan de Dios, Su verdad revelada y recibida en Él.


Por tanto, hermanos, procurad mucho más (por buenas obras) fortalecer vuestra vocación y elección, pues al hacerlo, jamás caeréis. De esta manera os será otorgada amplia entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis y estéis afirmados en la verdad que habéis recibido. 

2 Pedro 1:10–12 (RV 2020)


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