CRECER: ¿POR QUÉ NO? _ 1

 Complacer a Dios (Temporada I)

He visto el trabajo que Elohim ha impuesto a los hijos del hombre para que lo cumplan. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y puso eternidad en el corazón de ellos, sin que el hombre alcance a entender la obra que Ha-Elohim ha hecho desde el principio hasta el fin. 

Eclesiastés 3:10–11 (BTX IV)

Eternidad: Heb. ha´olám. El vocablo significa primordialmente lo que está oculto para el hombre (entre las brumas de un pasado y un futuro igualmente remotos). Es decir, la dificultad extrema del ser humano para comprender la obra de Dios. Aún así, el Creador puso en el hombre el concepto de la eternidad (de que vive a través del tiempo) y por lo tanto se sabe mortal. El estilo pertinente de Qohélet, cuyo interés se mueve únicamente entre las cosas que suceden debajo del sol, exhibe el fracaso de todos los humanos, sin distingo, ante la realidad de la muerte. (BTX IV)

Introducción
Todos fuimos diseñados para crecer, todo ser vivo crece; en esencia, los seres humanos: nacemos, crecemos, maduramos, nos reproducimos, avanzamos a la madurez física y partimos. Nadie se detiene, a menos que alguno/a tenga una deficiencia en tal sentido, o no desee crecer. 

Recordamos a Jesús creciendo “… en sabiduría y en estatura, y en favor para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52), él mismo no dejó de crecer mientras vivía en su cuerpo físico. Si nuestra existencia física crece, ¿por qué no crecer, madurar en nuestra vida espiritual?

Y el Señor quiera haceros crecer y abundar en el amor unos a otros, y para con todos, así como también nosotros para vosotros, para que afirme vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. 

1 Tesalonicenses 3:12–13 (BTX IV)

Necesitas una actitud positiva para crecer (1era parte)

Y si mal os parece servir a Yhvh, escogeos hoy a quién sirváis: si a los dioses de vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses del amorreo en cuya tierra habitáis, pero yo y mi casa serviremos a Yhvh. 

Josué 24:15 (BTX IV)

Las decisiones correctas son muy valiosas para nuestra vida y determinan nuestro carácter mientras las tomamos según la voluntad de Dios, o no; si deseo crecer espiritualmente, entonces, según Josué: ¿Haré una correcta decisión? ¿Elegiré seguir a Dios? Es seguro que tenemos algo muy importante a lo cual debemos poner toda nuestra atención.

1-Puedes lograr un buen inicio hacia el crecimiento espiritual cuando:
—Aceptas el desafío de obedecer el mandato de Dios para crecer
2 Pedro 3:18 (BTX IV):
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad.

—Crees que somos capaces de crecer con la ayuda de Dios
Filipenses 4:13 (BTX IV):
¡Todo lo puedo en el que me fortalece!

2-Pero, necesitas establecer objetivos tanto conductuales como funcionales como se describe en las Escrituras:
—Esforzándote por desarrollar un comportamiento similar al de Cristo
2 Pedro 1:5–8 (BTX IV):
así también vosotros poned toda diligencia en añadir a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal, y al afecto fraternal, el amor.
8 Porque estas cosas, al estar y abundar en vosotros, no os dejan estar ociosos ni estériles en el conocimiento pleno de Jesucristo, Señor nuestro.

—Buscando determinar y desarrollar tu función en el cuerpo de Cristo 
Romanos 12:3–5 (BTX IV):
Por la gracia que me fue dada, digo a cada cual que está entre vosotros, que no piense más altamente de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad, según la medida de fe que Dios dio a cada uno. 4 Porque así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función; 5 así los muchos somos un cuerpo en Cristo, y cada uno, miembros los unos de los otros.

3-Así, crear en nosotros buenos hábitos que nos ayuden lenta pero seguramente a alcanzar esos objetivos:
—Hábitos que cambian nuestro comportamiento (lectura de la Biblia, oración, servicio, etc.) 
1 Pedro 2:1–3 (BTX IV):
Desechando pues toda malicia, y todo engaño, fingimientos y envidias, y todas las maledicencias, 2 desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis en salvación, 3 ya que gustasteis que el Señor es bueno.

Filipenses 4:6–7 (BTX IV):
Por nada estéis angustiados, antes bien, por la oración y la súplica, en todo sean conocidas ante Dios vuestras peticiones con acción de gracias, 7 y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

—Hábitos que utilizan nuestras funciones en el cuerpo de Cristo (reunir, participar, obrar) 
Hebreos 10:24–25 (BTX IV):
Considerémonos los unos a los otros para estímulo del amor y de las buenas obras, 25 no abandonando nuestra propia asamblea, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Romanos 12:6–8 (BTX IV):
De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos fue dada, si es de profecía, úselo según la analogía de la fe; 7 si el de servicio, en el servicio; el que enseña, en la enseñanza, 8 el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con generosidad; el que cuida* de los demás, con dedicación; el que hace misericordia, con alegría.

4-Pero, para que el crecimiento espiritual continúe, siempre se requiere mantener una actitud positiva:
—Creer que todos nuestros esfuerzos valdrán la pena
1 Corintios 15:58 (BTX IV):
Así que, mis hermanos amados, estad firmes, inconmovibles, abundando en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.

—Animándonos a perseverar en tiempos difíciles

2 Corintios 4:7–9 (BTX IV):

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos.

Sí, como vemos seguido en el relato del NT, el apóstol Pablo tenía una actitud positiva para obrar y servir a la voluntad del Señor; pero, ¿por qué una actitud positiva es tan importante y valiosa para que crezcas en Él?

El valor de tener una actitud positiva para crecer espiritualmente

(Ilustrado en el ejemplo de la reconstrucción de las murallas de Jerusalén 

en el libro de Nehemías)

—La gente tenía una sola mente para trabajar
Nehemías 4:6 (BTX IV):
Reedificamos, pues, el muro, y toda la muralla quedó rehecha hasta media altura, y el pueblo tuvo ánimo para trabajar.

—Y, esto les ayudó a superar el ridículo de sus enemigos
Nehemías 4:1–3 (BTX IV):
Pero sucedió que cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reconstruyendo el muro, se indignó en gran manera, y burlándose de los judíos, 2 habló ante sus hermanos y el ejército de Samaria diciendo: ¿Qué pretenden estos miserables judíos? ¿La han de restaurar para sí? ¿Sacrificarán? ¿Acabarán en un día? ¿Harán revivir las piedras de los montones de escombros, viendo que están consumidas? 3 Y Tobías amonita, que estaba junto a él, dijo: ¡Hasta una zorra, si sube allí, podría derribar el muro de piedra que están construyendo!

—Llevó a la reconstrucción de las murallas
Nehemías 6:15–16 (BTX IV):
15 Y el muro fue terminado el veinticinco de Elul, en el quincuagésimo segundo día. 16 Y cuando todos nuestros enemigos lo supieron, sucedió que todas las naciones vecinas tuvieron temor y decayó su semblante, porque reconocieron que este trabajo era obra de nuestro Elohim.

Entonces, cuando mantienes actitudes positivas:
—Sigues creyendo en Dios y en tu capacidad para servirle
—Sigues intentando hacer lo que Dios quiere que hagas
—Animas a los que te rodean y superas a aquellos que te desaniman
—Al final, alcanzas las metas que Dios ha puesto delante de ti

Así, tu crecimiento espiritual, como cualquier otra empresa exitosa, requiere que tengas una actitud positiva, ¿cierto? Bueno, Dios nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos para crecer espiritualmente. Sin esta fórmula: la ayuda de Dios y tu actitud positiva, no podremos convertirnos en lo que Dios quiere que seamos para Su servicio. 

CONTINUARÁ…

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