Un auto examen

 

Por tanto, que cada cual se examine a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe de manera indigna, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

1 Corintios 11:28–29 (RV 2020)

Cada primer día de la semana la iglesia del Señor se reúne para recordar Su muerte y resurrección, Él mandó: recuérdame. La Cena del Señor tiene muchos beneficios para un/a hijo/a de Dios, uno de ellos: hacerme un auto examinarme ante Su presencia.

Y tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, porque os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. También tomó el pan y habiendo dado gracias lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí. 

Lucas 22:17–19 (RV 2020)

Cada primer día de la semana necesitas hacer un inventario de tu vida antes de participar de la Cena del Señor. Sí, es tan valioso para cada uno/a estar seguro/a de que vivimos firmes en la única fe salvadora, la fe de Jesucristo. Y necesitamos pasar este examen.

Examinaos a vosotros mismos, si estáis firmes en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que no paséis la prueba! Espero que reconoceréis que nosotros sí pasamos la prueba. 

2 Corintios 13:5–6 (RV 2020)

Un pensamiento de estímulo: Jesús viene un día de nuevo, por cada uno que le es fiel. Y hasta ese día Su iglesia anuncia en silencio Su muerte, de la manera que cada uno/a recuerda que Él murió por rescatarnos de una vida de pecado y condenación.

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí». Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 

1 Corintios 11:25–26 (RV 2020)

Un auto examen es necesario ante cada primer día de la semana, ya que debo recordar que al tomar la Cena del Señor en la adoración también tengo comunión con el cuerpo de Cristo y, debo juzgar como una persona sabia las implicancias de esta comunión con la iglesia de Cristo.

Os hablo como a personas sabias; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque hay un solo pan, y aunque somos muchos, somos un cuerpo, pues todos participamos de un solo pan. 

1 Corintios 10:15–17 (RV 2020)

Recuerda, Cristo ha prometido volver un día por los que son suyos, debemos esperar ese día con fidelidad (Juan 14:1-3), y desea que estemos con Él en la eternidad; así, la Cena del Señor nos invita a recordar lo que hizo por nosotros y nuestra salvación.

No se angustie vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy, pues, a prepararos un lugar. Y una vez me haya ido y haya preparado lugar, vendré de nuevo y os llevaré conmigo, para que estéis también donde yo esté. 

Juan 14:1–3 (RV 2020)

Otra cosa que debo recordar es que el Señor Jesucristo vendrá inesperadamente (2 Pedro 3:10), en ese sentido Él no retarda su promesa (verso 9); en Su venida los cielos y elementos físicos desaparecerán, todo se destruirá por fuego, no quieres eso para ti.

Así que, cada domingo tenemos la oportunidad de hacernos este auto examen, de cómo cada uno/a se encuentra ante el Señor; en un amor sincero que abunda más y más, en santidad, afianzados en nuestros corazones e irreprochables, sí, fieles ante Él.

Y que el Señor multiplique y haga abundar el amor entre vosotros y hacia los demás, así como también nosotros os amamos a vosotros; para que se afiancen vuestros corazones, y seáis santos e irreprochables delante de Dios nuestro Padre el día que venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus fieles. 

1 Tesalonicenses 3:12–13 (RV 2020)

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