Consecuencia del pecado
Porque la paga del pecado es muerte, pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Romanos 6:23 (RV 2020)
Recibir un salario por el esfuerzo bien otorgado en un trabajo es gratificante, ¿hay salario malo?, sin duda no. Pero la paga (salario) por una vida (en trabajos y dedicación) de pecado es la muerte.
Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo arrastran y lo seducen. Estos malos deseos conciben y dan a luz el pecado; y el pecado, una vez cometido, da a luz la muerte.
Santiago 1:13–15 (RV 2020)
Muchas excusas justifican las malas decisiones, circunstancias, mala suerte, otros (menos yo); aún Dios. Cuando son nuestros “propios malos deseos” y no Dios los que nos seducen, Él no tienta a nadie.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, y perdonaos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo.
Efesios 4:31–32 (RV 2020)
Necesitamos “quitar de nosotros” todo aquello que obra lo malo para otras personas: “toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia” (Efesios 4:31), y siguiendo el consejo inspirado, hacer el bien a los demás.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: me olvido ciertamente lo que queda atrás y me extiendo a lo que está delante, es decir, prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13–14 (RV 2020)
Si eres cristiano(a), puedes seguir el ejemplo de Pablo, quien se extiende hacia la meta final y pone el esfuerzo dejando lo pasado (en nosotros, las excusas por malas decisiones); porque busco el don de Dios y no la muerte (Romanos 6:23).
Por lo tanto, nosotros también, que tenemos a nuestro alrededor tan grande nube de testigos, deshagámonos de todo lastre, y del pecado que nos embauca, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Hagámoslo con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual para alcanzar el gozo que le era propuesto sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza que debía pasar, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:1–2 (RV 2020)
Todo cristiano(a) y quien no lo es puede aprender en la Biblia cómo deshacerse de todo lastre (peso, carga, malas decisiones) y del pecado “que nos embauca” (Hebreos 12:1), con nuestra mirada en Jesús.
Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Juan 5:12–14 (RVR60)
El paralítico sanó y debía abandonar las excusas previas; Jesús le dice: “has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor” (Juan 5:14). Él quiere sanar tu vida del pecado, y que el salario por tu pecado no sea: “… lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15)
Y vi los muertos, grandes y pequeños que estaban delante de Dios. Entonces fueron abiertos los libros y también fue abierto otro libro: el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados por lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar entregó los muertos que había en él; también la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos, y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.
Apocalipsis 20:12–15 (RV 2020)
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