La vida puede ser corta

 

¡Recuerda cuán breve es mi tiempo! ¿Por qué habrás creado en vano al ser humano? ¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién escapará del poder del seol? 

Salmo 89:47–48 (RV 2020)

Si te has preguntado ¿qué tan corta es la vida?, probablemente encuentres muchas respuestas. Vivimos, sí; pero ¿hasta cuándo? Es posible que la vida sea corta, pero no sin propósito.

El ser humano, nacido de mujer, corto de días y hastiado de sinsabores, brota como una flor y es cortado, huye como una sombra y no permanece. 

Job 14:1–2 (RV 2020)

La realidad de la existencia humana se basa en que sin el aliento de vida dado por Dios, no permanecemos. Job nos encara con lo breve que pueden ser los días presentes. Somos como la hierba del campo.

El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella y pereció, y su lugar ya no la conocerá más. 

Salmo 103:15–16 (RV 2020)

Gracias a Dios quien nos llama a vivir una vida diferente, la que se extiende hacia la eternidad, cuando en respuesta a nuestra fe obramos el Evangelio de salvación, para vida eterna.

… pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, porque: 

Toda carne es como hierba y toda la gloria del hombre como flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae, mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta palabra es el evangelio que se os ha anunciado. 

1 Pedro 1:23–25 (RV 2020)

Como un cuento contado anticipadamente, nuestra vida física a veces puede ser como un pensamiento, de corta duración y sin mayor propósito. Y pronto pasan,  nos vamos.

Ciertamente, todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años. Si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y volamos. 

Salmo 90:9–10 (RV 2020)

Con todo, desde la juventud uno puede apreciar el cuidado y soporte de Dios en los que le buscan y viven en Su justicia. Un cuidado que te acompaña hasta la eternidad, para siempre. Tu vida tiene un propósito eterno para Dios.

Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia y presta. Su descendencia es para bendición. Apártate del mal, haz el bien 

y vivirás para siempre,  porque el Señor ama la rectitud y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados, 

mas la descendencia de los impíos será destruida. 

Salmo 37:25–28 (RV 2020)

Pero, aunque la vida puede ser “momentánea”, en el sentido de su brevedad, cuando aceptamos el llamado de Dios y dirigimos nuestra vida con Cristo en obediencia, esto “produce en nosotros una gloria cada vez más excelente y eterna”. Acepta Su llamado.

Porque esta tribulación, que es leve y momentánea, produce en nosotros una gloria cada vez más excelente y eterna.

2 Corintios 4:17 (RV 2020)

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