Unidad basada en la Biblia

 

Por tanto, no seáis insensatos, al contrario, tratad de entender cuál es la voluntad de Dios.

Efesios 5:17 (RV 2020)

Es posible  entender la Biblia, la voluntad de Dios; aunque algunos opositores de la revelación divina argumentan que no lo es. La Palabra de Dios fue entendida tanto en el AT como en el Nuevo Testamento.

Los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley, mientras este se mantenía atento en su lugar. Y leían claramente en el libro de la ley de Dios, y explicaban su sentido, de modo que entendieran la lectura. 

Nehemías 8:7–8 (RV 2020)

Se entendió la ley del AT (Nehemías 8:7-12), los levitas leyeron al pueblo de Israel y podían explicar su sentido. De igual forma se puede entender el NT.

Me refiero al misterio que me fue declarado por revelación, como ya os lo había escrito brevemente. Al leerlo podéis comprobar que conozco el misterio de Cristo, misterio que no se dio a conocer en otros tiempos a la humanidad, tal y como ahora ha sido revelado, por medio del Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas.

Efesios 3:3–5 (RV 2020)

Pablo escribe algunas cosas difíciles, pero comprensibles (2 Corintios 1:13; 2 Pedro 3:16). Dios no crea confusión en la iglesia del Señor, envió profecía en el siglo I mientras la Biblia se iba revelando. (1 Corintios 14:33).

Así podéis profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. El don de profecía debe estar bajo el control de los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. 

1 Corintios 14:31–33 (RV 2020)

Se debe alcanzar la unidad en el cuerpo de Cristo (1 Pedro 3:8), porque es necesario caminar en la luz de Dios (1 Juan 1:3-7); siguiendo todos un mismo estándar (Filipenses 3:16), dignos de nuestra vocación “solícitos en guardar la unidad del Espíritu” (Efesios 4:3).

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz…

Efesios 4:1–3 (RVR60)

La unidad de la iglesia debe estar basada en Cristo, no en los hombres (1 Corintios 1:13). Jesús oró por esta unidad (Juan 17:20-21); no más divisiones. Volvamos a la Biblia dejando las diferentes doctrinas hechas por hombres, unidad en Cristo y no división.

Pero en aquello a lo que ya hemos llegado; sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. 

Filipenses 3:16 (RV 2020)

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