Llevando gloria a Dios

 

Que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda que entre vosotros estéis de acuerdo según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 

Romanos 15:5–6 (RV 2020)

Debemos darle a Dios la gloria que le corresponde, fuimos diseñados para llevar gloria a Dios con nuestras vidas. Cada vez que el cristiano reúne con sus hermanos y juntos hacen la voluntad del Padre, en el proceso y el resultado glorifican a nuestro amoroso Dios.

Tributad al Señor, hijos de los poderosos, dad al Señor la gloria y el poder. Dad al Señor la gloria debida a su nombre; adorad al Señor en la hermosura de la santidad. 

Salmo 29:1–2 (RV 2020)

En el acto de rendir gloria a Dios, los adoradores pueden mostrar la correcta posición frente a Su santidad y naturaleza divina. El hombre necesita elevar su vida espiritual a la condición de reconocer que sólo Él es quien permite una vida con propósito.

Alabaré al Señor con todo el corazón en la compañía y congregación de los rectos. Grandes son las obras del Señor, que buscan todos los que las procuran. Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre. 

Salmo 111:1–3 (RV 2020)

Al observar la creación de Dios, humildes le damos gloria si reconocemos Su poder y perfección, en todo lo que Él creó para sustentar la vida en esta tierra (Romanos 1:18-20). Su ira se revela contra la injusticia de retener la verdad, que Dios puede ser conocido.

Pues hay un solo Dios, y así mismo un solo mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

1 Timoteo 2:5–6 (RV 2020)

Hoy todos tenemos acceso a la comunión con Dios a través de Jesús el Cristo (el Ungido de Dios). Él es mediador entre nosotros y el Padre celestial, de esto Dios mismo dió su testimonio en la Biblia. Cristo pagó nuestro rescate dando su vida, en su sangre somos salvos.

…pues, a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que en sus razonamientos se dieron a especulaciones inútiles y su corazón insensato se llenó de oscuridad.

Romanos 1:21 (RV 2020)

Debemos dar gloria a Dios y glorificarle por Su bondad para con cada uno. Nos ha provisto de un medio como podamos entrar en comunión con Él, a través de obedecer al mensaje del Evangelio. No debemos llenar nuestra vida de oscuridad con un corazón insensato ante Dios.

Prosiguiendo el camino, llegaron a un lugar donde había agua y dijo el eunuco: —Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe respondió: —Si crees de todo corazón, puedes. Él respondió: —Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Mandó parar el carro, descendieron ambos al agua y Felipe le bautizó.

Hechos 8:36–38 (RV 2020)

El eunuco etíope conoció el mensaje de salvación. Creyó a Dios, confesó que Jesucristo es el hijo de Dios y pidió ser bautizado en ese momento, para lavar sus pecados en la sangre preciosa de Cristo, obedeció el Evangelio cuando aprendió la voluntad divina. Y fue salvo.

Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén

Efesios 3:20–21 (RV 2020)

¿Le has dado gloria a Dios? Hoy puedes hacerlo. Debes creer en Dios y en Jesucristo su hijo, confesando su Nombre en la obediencia al Evangelio. Como el eunuco tú puedes entrar en una correcta relación con Dios, sin pecado, para adorarle, servirle y llevar gloria y honra a Dios.

Por eso Dios también lo exaltó y le dio el nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 

Filipenses 2:9–11 (RV 2020)

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