Nuestra roca de salvación


 

… y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y esa roca era Cristo.

1 Corintios 10:4 (RV 2020)


Somos capaces de confiar, en personas, cosas y nuestros propios planes. La Biblia advierte contra esta confianza en cosas que no fueran Dios; es inútil confiar en ellos en lugar de en Dios. Debemos poner toda nuestra confianza en la roca verdadera, que salva el alma: Cristo.


Así ha dicho el Señor: ¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta del Señor! Será como la retama en el desierto, y no verá cuando llegue el bien, sino que morará en los sequedales, en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

Jeremías 17:5–6 (RV 2020)


Aún desde el AT se advierte y exhorta con dureza de ser “maldito” confiando en el hombre antes que en Dios. Confiar en las capacidades personales (propias o de otros), o siguiendo instrucción humana, antes que en Su Palabra, apartándose de Dios. Necesito confiar en Él.


En Dios solamente descansa mi alma; de él viene mi salvación. Solo él es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho. 

Salmo 62:1–2 (RV 2020)


David se enfrentó a dificultades y la oposición a lo largo de su vida, él puso su confianza en Dios como su "roca y [su] salvación"; y a través de Salmos, animó a todas las personas a hacer lo mismo. Dios inspiró al “dulce cantor de Israel” para tener un registro confiable de esta verdad.


Por cierto, solo un soplo son los seres humanos, son simplemente un espejismos; si se los pesa a todos en una balanza, podrá verse que son menos que nada. No confiéis en la violencia ni en la rapiña os envanezcáis. Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. 

Salmo 62:9–10 (RV 2020)


David describe la inutilidad de confiar en los hombres porque serán pesados "en balanza" por Dios; advierte sobre confiar en el poder ejercido a través de la "violencia" o la "rapiña", ni poner nuestro corazón en las riquezas, aún si estas aumentan. Soló necesito confiar en Dios.


En ti, Señor, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás. Socórreme y líbrame en tu justicia; inclina tu oído y sálvame. Sé para mí una roca de refugio adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. 

Salmo 71:1–3 (RV 2020)


Recuerda que Dios es nuestra roca y nuestra salvación, cada cosa y condición material en esta vida puede cambiar en un instante. No permitiré que estas cosas me den la falsa sensación de seguridad, porque mi confianza debe estar plenamente en Dios y Su salvación.


Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Juan 3:17–18 (RV 2020)


Creer en Dios y obedecerle permite a todos alcanzar Su salvación provista en Cristo. No deseas ser condenado con los que rechazan el mensaje del Evangelio. Sólo Dios, quien es eterno, es digno de nuestra confianza. Él nos ha destinado para salvación eterna, en Jesucristo.


Dios no nos ha destinado para el castigo, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.

1 Tesalonicenses 5:9 (RV 2020)


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