Mantente con pureza
Andemos honestamente, como a plena luz del día; no andemos en banquetes y borracheras, ni en lujurias y libertinaje, ni en contiendas y envidia. Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no hagáis caso a los deseos de la carne.
Romanos 13:13–14 (RV 2020)
Dedícate al Señor. La fe en Cristo y Su Palabra es cómo el Espíritu Santo obra en nosotros, nos fortalece para vencer el pecado (Efesios 3:16-21, Romanos 8:5-11). Él nos ayuda y da fuerzas para estar arraigados y cimentados en amor.
Pido que, por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, os dé el ser fortalecidos con poder en lo más íntimo de vuestro ser; para que por la fe Cristo habite en vuestros corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender, con todos los creyentes, cuán ancho, largo, profundo y alto es el amor de Cristo.
Efesios 3:16–19 (RV 2020)
Cristo nos transforma de adentro hacia afuera, si Él es nuestro objeto de amor, fe y esperanza. Necesitamos comprender el amor de Jesucristo, quien desea que vivamos en la libertad obrar la voluntad de Dios, en Su Palabra (2 Timoteo 3:16-17).
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por lo tanto, todos nosotros, contemplando a cara descubierta la gloria del Señor, como reflejada en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.
2 Corintios 3:17–18 (RV 2020)
Resiste la tentación. Satanás usa como trampa la tentación, por destruir nuestra alma (Santiago 1:14-15). Debes “resistir al diablo y él huirá de ti” (Santiago 4:7), sometido a Su voluntad. Y ser dichoso al resistir, por la corona de vida prometida.
Dichoso el que resiste la tentación, porque cuando haya pasado la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.
Santiago 1:12 (RV 2020)
No dices “puede ser”, o "tal vez" a la tentación; siempre debe ser NO. Porque creces en amor por tu Señor, y en odio hacia todo lo que es pecado, sin caer en tentación. “Aborreced lo malo y seguid lo bueno” (Romanos 12: 9), en amor sincero.
Huid de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que comete inmoralidad sexual, peca contra su propio cuerpo. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que está en vosotros, y que ya no sois dueños de vosotros mismos. Pues por un precio habéis sido comprados. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, que son de Dios.
1 Corintios 6:18–20 (RV 2020)
Sigue el camino de Dios. Se me ordena huir de la fornicación (1 Corintios 6:18). Debemos meditar en las Escrituras y encontrar la "vía de escape" de Dios al ser tentados a pecar (1 Corintios 10:13). Buscando cada día no pecar contra Dios.
Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra! Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviar de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Salmo 119:9–11 (RV 2020)
La Palabra de Dios nos da una visión espiritual para ver a través del pecado. Meditar en ella nos mantendrá cerca de Dios, creando hábitos espirituales que desecharán los malos hábitos, el deseo de pecar; y acercarme a Dios humillado.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiaos las manos; y vosotros los indecisos, purificad vuestros corazones. Afligíos, lamentad y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro y vuestra alegría en tristeza. Humillaos delante del Señor y él os exaltará.
Santiago 4:8–10 (RV 2020)
Busca la ayuda fiel. Hay la necesidad de llevar nuestras cargas (Gálatas 6:2), de amonestarnos unos a otros (Hebreos 3:13), confesar los pecados entre nosotros (Santiago 5:16), orando para ser sanos; no vives según la carne. Si eres de Cristo vives según Su Espíritu.
Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, pues el Espíritu de Dios habita en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Romanos 8:9 (RV 2020)
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