Actitudes para la adoración



La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con corazones agradecidos. Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, y dad gracias a Dios Padre por medio de él. 

Colosenses 3:16–17 (RV 2020)


Nuestra actitud en la adoración debe ser correcta al acercarnos a Dios. Su Palabra debe tener habitación con nosotros, enseñados y exhortados entre nosotros; cantando con corazones en gratitud al Buen Padre de los cielos.


La gente escuchaba con atención lo que Felipe decía y todos juntos oían y veían las señales que hacía: hubo muchos casos de espíritus inmundos que salían de sus víctimas lanzando alaridos, y muchos paralíticos y cojos quedaban sanados. Así que hubo una gran alegría en aquella ciudad.  

Hechos 8:6–8 (RV 2020)


Hay alegría entre los que perseveran, se reúnen, comparten el pan en las casas, juntos con un corazón sencillo (Hechos 2:46), un resultado de llevar el Evangelio fue la alegría; Dios nos llena de gozo si hacemos Su voluntad (Romanos 15:13).


Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí mismo, delante del altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y después vuelve al altar y, entonces sí, presenta tu ofrenda. 

Mateo 5:23–24 (RV 2020)


Una sola mente, reconciliados cuando nos presentamos a adorar. Unidos y unánimes en las necesidades (Hechos 2:46, 4:32); somos varios o muchos, aún así somos uno porque somos un cuerpo en Cristo (1 Corintios 10:16-17).


Hablad entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Dad siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 

Efesios 5:19–20 (RV 2020)


Necesitamos presentar sinceridad de corazón (Hechos 2:46, Hebreos 13:15), fruto de labios que expresan lo que ya hemos formado en  nuestro corazón que adora a Dios. Llevamos gratitud al Padre por la obra que hace en nosotros.


Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. 

Hebreos 11:6 (RV 2020)


Debo agradar a Dios creyendo en Él, mientras buscas Su guía y beneficios (bendiciones) que tenemos en Cristo (Efesios 1:3). Los primeros cristianos se mantenían unidos y todo lo tuvieron en común, creyeron en Él (Hechos 2:44).


Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o alguien que carece de toda instrucción, será convencido y juzgado por todos; lo oculto de su corazón se hará manifiesto; y así, se postrará sobre el rostro, adorará a Dios, y declarará que verdaderamente Dios está entre vosotros. 

1 Corintios 14:24–25 (RV 2020)


Debemos trasmitir con fidelidad la Palabra de Dios a otros (profetizar), más aún en medio de nuestra adoración, llevando el oficio del profeta fiel. Porque Dios está entre nosotros cuando adoramos en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24). Y Jesucristo congrega con nosotros. 


Porque tanto el que santifica como los que son santificados, proceden del mismo Padre. Por eso él no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré. 

Hebreos 2:11–12 (RV 2020)


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