El llamado de Cristo

 

Por medio de él recibimos la gracia del apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre. Entre esas naciones también estáis vosotros, llamados a ser de Jesucristo. 

Romanos 1:5–6 (RV 2020)

Por amor al nombre de Cristo el apóstol Pablo lleva el llamado para obedecer a la fe; este llamado transforma nuestras vidas, a una vida en armonía con otros, útiles al propósito divino de servicio a Cristo en Su reino (1 Pedro 1:22-23; 2:9). 

Yo, pues, que estoy preso por causa del Señor, os ruego que os comportéis como es digno del llamamiento que habéis recibido. Sed humildes y amables; sed tolerantes y soportaos unos a otros con amor. Procurad mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 

Efesios 4:1–3 (RV 2020)

Pablo ruega a los cristianos que vivan de manera digna de su llamado en Cristo (Efesios 4:1). A vivir humildes, amables; con tolerancia y soporte inter dependiente (unos a otros). Enfocados en mantener la Unidad, en lazo de paz.

Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros. 

Juan 13:34–35 (RV 2020)

El Señor enseña que una de las señas de identidad del discipulado genuino es mostrar amor los unos por los otros; un amor sincero, real, honesto, no fingido (Romanos 12:9). ¿Así se dan a conocer los cristianos hoy? Así deberíamos ser.

También sabéis cómo os hemos exhortado y consolado a cada uno de vosotros, tal como lo hace el padre con sus hijos; y os hemos reclamado vivir como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria. 

1 Tesalonicenses 2:11–12 (RV 2020)

Bueno, es un llamado a Su reino y en Su gloria para una vida digna ante Dios. A través del conocimiento de Su gloria (2 Corintios 4:6), y producir en cada uno de los llamados “una gloria cada vez más excelente y eterna” (2 Corintios 4:17).

Por tanto, si hay en vosotros algún consuelo en Cristo, si algún estímulo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y compasivo, llenadme de alegría sintiendo lo mismo, teniendo un mismo amor y siendo uno en espíritu, sintiendo una misma cosa. 

Filipenses 2:2 (RV 2020)

Este llamado nos conduce a la Unidad en el Espíritu, en comunión “sintiendo lo mismo”, “un mismo amor”, ser “uno en espíritu”, y “sintiendo una misma cosa”. La Biblia nunca enseña la “unidad en la diversidad”, como los grupos religiosos.

  

Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad. Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. 

2 Tesalonicenses 2:11–13 (RV 2020)

Los llamados de Cristo sólo viven en la "unidad del Espíritu" (Gálatas 5:13-26). Las "obras de la carne" no permiten "andar” ser "guiados" y "vivir en el Espíritu" (Gálatas 5:16, 18, 25), como evidencia el error doctrinal. Cada hijo(a) de Dios es llamado(a) a vivir en Su luz.

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 

1 Pedro 2:9 (RV 2020)

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