Una gran cena


 

A la hora de cenar, envió a su siervo a decir a los invitados: «Venid, que ya todo está preparado». 

Lucas 14:17 (RV 2020)


Dios preparó nuestra salvación y nos invita a venir, Él ya tiene todo dispuesto. Saquemos las lecciones de la parábola de la gran cena (Lucas 14:15-24). En la parábola, un hombre preparó una gran cena e invitó a muchos (Lucas 14:16).


Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. 

Gálatas 4:4–5 (RV 2020)


 La “gran cena” a la cual Dios nos invita requirió mucha preparación (Gálatas 4:4-5). Él preparó la salvación para todo ser humano (1 Pedro 1:18-23), Gracia, Amor y Misericordia, la sangre de Jesús y el Evangelio, estuvieron involucrados.


Bien sabéis que fuisteis rescatados de una vida sin sentido, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 

1 Pedro 1:18–19 (RV 2020)


Y todos estamos invitados a esta gran fiesta ”... porque todas las cosas ya están listas" (Lucas 14:17). Así, tienes derecho a estar en la fiesta sólo por la invitación (Mateo 11:28-30). Hay gozo en Su Reino, alegría y deleite espiritual.


No permitáis que se hable mal de lo que es vuestro bien, porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 

Romanos 14:16–17 (RV 2020)


Gran gozo en el reino (Romanos 14:17), siempre nos regocijamos en el Señor (Filipenses 3:1; 4:4). Para otros el reino es una triste y lúgubre adoración. Pero, somos dichosos al guardar en fidelidad Sus mandamientos (Apocalipsis 22:14).


Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir el botín con los soberbios. El entendido en la palabra hallará el bien; el que confía en el Señor es dichoso. 

Proverbios 16:19–20 (RV 2020)


¿Por qué no ser dichosos confiando en el Señor? Jesús invita, pero los invitados comienzan “a dar excusas" (Lucas 14:18). Él dice: “no probarán mi cena" (Lucas 14:24), pues ellos sólo “piensan en las cosas terrenales” (Filipenses 3:19).


El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 

Mateo 10:37–39 (RV 2020)


Jesús desea que le demos todo nuestro ser: corazón, alma, mente y fuerzas. Y algo muy importante: Dios llama tanto al pobre, al lisiado, al cobarde, al ciego, etc. como a todos de todos lados (Lucas 14:21, 23). Él te llama (Apocalipsis 3:20).


Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. 

Apocalipsis 3:20–21 (RV 2020)


Los invitados originalmente habrían sido los judíos y luego todos los marginados y despreciados de los judíos, los gentiles (Lucas 14:22); hay un lugar en el reino de Dios para ti. Todos somos uno en Cristo (Gálatas 3:28). Ven y celebra la fiesta.


Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, así como sois, sin levadura. Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. 

1 Corintios 5:7–8 (RV 2020)


Pero el rechazo a la invitación de Dios conlleva una exclusión eterna. Rechazar al Señor es hacer que Él también nos rechace (Oseas 4:6), castigo: “excluidos de la presencia del Señor y de su glorioso poder” (2 Tesalonicenses 1:9).


Yo no juzgo a quien oye mis palabras y no las guarda, porque yo no he venido para juzgar al mundo, sino para salvarlo. El que me rechaza y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado le juzgará en el día final. 

Juan 12:47–48 (RV 2020)


Hay lugar en el reino de Dios para ti, si aún no eres un(a) cristiano(a), la novia de Cristo (Su iglesia) con amor espera Su regreso. Todos pueden venir (el que quiera) y tomar gratuitamente del agua de la vida; debes tener sed de la justicia divina. ¿Por qué no vienes a la fiesta?


El Espíritu y la Esposa dicen: —¡Ven! El que oye, diga: —¡Ven! Y el que tenga sed, que venga; y el que quiera, venga y tome gratuitamente del agua de la vida. 

Apocalipsis 22:17 (RV 2020)


#losolivosiglesiadecristo

#losolivosidc

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feliz cumplimiento de nuestra esperanza

¿Hacer alabanza sin instrumentos?

Todos necesitamos salvación