Ser restaurado

 

… cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles, con llamas de fuego, para darles el pago a los que no quieren conocer a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. 

2 Tesalonicenses 1:7–8 (RV 2020)

Se dice que “el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones". Debo convertir intenciones en acciones (2 Tesalonicenses 1:8), conocer a Dios y obedecer al Evangelio. Pero, existen los que obedeciendo, se apartan de la fe.

Si estos, que se habían escapado de la contaminación del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y vencer por esa contaminación, su último estado viene a ser peor que el primero. Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que volverse atrás después de haber conocido el santo mandamiento que les fue dado. 

2 Pedro 2:20–21 (RV 2020)

Es posible abandonar la fe y perder el alma (Gálatas 5:4; 1 Juan 1:9); al recién convertido Simón (Hechos 8:9-13, antes el “mago”) se le manda: “Arrepiéntete del mal que has hecho y pide al Señor que, si es posible, te perdone” (Hechos 8:22).

Los que por la ley os justificáis, os habéis desvinculado de Cristo y por tanto habéis caído de la gracia. Nosotros, por el Espíritu, aguardamos por fe la esperanza de la justicia. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 

Gálatas 5:4–6 (RV 2020)

Otros muchos sin obrar la fe, caen de la gracia divina, por la falsa enseñanza de “la fe sin obras salva”. Obran parte de la ley del AT (circuncisión, “primicias”, “diezmos”, instrumentos musicales, “pactos”, “siembras”, etc.), lo que el NT no enseña ni manda.

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y su palabra no está en nosotros. 

1 Juan 1:7–10 (RV 2020)

Necesitamos vivir en la luz (de la guía divina), sin obrar doctrinas hechas por hombres. Sólo así accederemos a la sangre de Cristo que limpia de pecado, si arrepentidos vamos a Él confesando nuestros pecados, Dios perdona a Sus hijos.

Veamos ahora los que decís: «Hoy y mañana iremos a tal ciudad, estaremos allá un año, haremos negocios y ganaremos dinero», cuando no sabéis qué sucederá mañana. Pues ¿qué es vuestra vida? Es como la neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se disipa. En lugar de eso, deberíais decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 

Santiago 4:13–15 (RV 2020)

Si nuestras vidas son sólo un vapor (una neblina que dura poco tiempo) entonces  ¿cómo escaparemos, al descuidar “una salvación tan grande”? (Hebreos 2:3). Como cristianos, debemos confesar las faltas para ser sanados (Santiago 5:16).

Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre. Al hacerlo, considérate a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 

Gálatas 6:1–2 (RV 2020)

La iglesia trabaja en restaurar a algún hermano(a) caído(a), en mansedumbre sin ser tentado por lo que ocasionó esta caída. Así debemos cumplir “la ley de Cristo”, con la madurez espiritual para Su servicio. Ellos deben ser restaurados.

Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos renegarán de la fe y harán caso a espíritus engañadores y a doctrinas demoníacas, que actúan con hipocresía y mienten, pues tienen cauterizada la conciencia. 

1 Timoteo 4:1–2 (RV 2020)

La apostasía es posible (renegando de la fe); según el ES algunos (no todos) harán caso a “espíritus engañadores” (personas que engañan) y a doctrinas demoníacas (del Diablo), que actúan (gente) con hipocresía y mentira, porque su conciencia está quemada. ¿Escaparán?: NO.

… ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primero por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron. 

Hebreos 2:3 (RV 2020)

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