Corazón dispuesto y obediente
El que ama su vida la perderá; y el que en este mundo aborrece su vida la guardará para vida eterna. Si alguno quiere servirme, sígame. Donde yo esté, allí también estará mi servidor. A quien me sirva, mi Padre le honrará.
Juan 12:25–26 (RV 2020)
Dios siempre ha requerido un corazón dispuesto para Su servicio (Éxodo 35:4-5, 21-22). Actuar voluntariamente es actuar con alegría, fe y disposición correctas. Con nuestras vidas debemos estar dispuestos para el servicio de Dios.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo generoso; porque el Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscas, lo hallarás; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.
1º Crónicas 28:9 (RV 2020)
Dios requiere que le sirvamos con un corazón dispuesto (Deuteronomio 10:12), de manera aceptable, con reverencia y temor piadoso (Hebreos 12:28). El Padre honra a los que sirven (Juan 12:26), así lo reveló desde el AT.
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide de ti el Señor, tu Dios, sino que temas al Señor, tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?
Deuteronomio 10:12–13 (RV 2020)
Hay una recompensa reservada para aquellos que sirven al Señor fielmente (Colosenses 3:24). Debemos estar dispuestos a servirnos unos a otros (Gálatas 5:13) en la iglesia, y servir a los demás individualmente, como para Él.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente. Pues ya sabéis que del Señor recibiréis la herencia como recompensa, porque a Cristo el Señor servís.
Colosenses 3:23–24 (RV 2020)
También debemos estar dispuesto a enseñar la voluntad de Dios, lo que fue mandado por Jesús (Mateo 28:19-20; Juan 6:44-45). Trasmitiendo el mensaje fiel de Su voluntad (2 Timoteo 2:2) a hombres que fielmente servirán a Dios.
Y el siervo del Señor no debe ser amigo de peleas, sino que debe ser amable con todos, apto para enseñar y ser sufrido. Debe corregir con ternura a los que se oponen, por si acaso Dios les conceda que se arrepientan, conozcan la verdad y escapen del lazo del diablo que los tiene cautivos y sometidos a su voluntad.
2 Timoteo 2:24–26 (RV 2020)
Debo tener un corazón dispuesto, y trabajar por la Obra del Señor. A los cristianos se nos enseña a trabajar con nuestras manos (Efesios 4:28; 1 Tesalonicenses 4:11; 2 Tesalonicenses 3:10). Como Jesús obró (Juan 4:34; 9:4).
Jesús les dijo: —Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra. ¿No decís vosotros que aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? Pues yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están listos para la siega. Y el que siega recibe su salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se goce juntamente con el que siega.
Juan 4:34–36 (RV 2020)
Necesito estar dispuesto a obedecer la voluntad de Dios (Romanos 6:16-18). Obedecer a Dios (Hechos 5:29), porque la salvación pertenece a los obedientes (Hebreos 5:9), quienes no lo hacen serán castigados (2 Tesalonicenses 1:8-9). ¿Tienes un corazón dispuesto y obediente al Señor Jesucristo?
Pero gracias a Dios que, aunque erais siervos del pecado, habéis obedecido de corazón al modelo de enseñanza que os transmitieron; y una vez liberados del pecado, llegasteis a ser siervos de la justicia.
Romanos 6:17–18 (RV 2020)
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