Una fe fortalecida para perdonar

¡Tened, pues, cuidado! Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónale. Y si siete veces al día peca contra ti y siete veces al día vuelve a ti y te dice «Me arrepiento», perdónale. 

Lucas 17:3–4 (RV 2020)

Cuán necesaria es la fe para perdonar a quienes pecan contra nosotros. El impulso humano natural cuando se peca contra uno es buscar represalias. Se necesita una fe mucho más fortalecida para seguir perdonando cuando esa conducta de pecado se repite. 

Pero, tenemos en Dios el ejemplo divino cuando nos perdona, si buscamos Su misericordia arrepentidos. Y el perdón que los cristianos disfrutamos en Cristo es el modelo a seguir para abandonar el pecado y las actitudes incorrectas, para perdonarse unos a otros (2 Corintios 2:7-11) y no ser “engañados por Satanás.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, y perdonaos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo. 

Efesios 4:31–32 (RV 2020)

Jesús también enseña que se necesita fe para arrepentirse del pecado, especialmente para continuar arrepintiéndose cada vez que se comete el pecado; así Él señala: ¡Tened, pues, cuidado! Debo estar arrepentido para ser perdonado. En el reino de Cristo no se vive en represalias, ni en impulsos humanos; somos guiados en Su voluntad para vivir en justicia, paz y gozo en el Espíritu (Romanos 14:16-19.

Entonces, fortalece hoy tu fe; y si no estás en la fe verdadera, ven a Cristo para que tengas vida en Él. La fe te permite arrepentirte de tus pecados, y una fe fuerte te permitirá perdonar a otros pecadores cuando se arrepientan de los suyos.

Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en la acción poderosa de Dios que lo levantó de los muertos. Antes vosotros estabais muertos en pecados y aún no habíais sido despojados de vuestra naturaleza humana, pero ahora Dios os ha dado vida juntamente con Cristo, y os ha perdonado todos los pecados. 

Colosenses 2:12–13 (RV 2020)

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