Aprender de Jesús


Pero a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo y comenzó a enseñar. Los judíos sorprendidos, se preguntaban: —¿Cómo sabe este de letras sin haber estudiado? Jesús les respondió: —Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. Si alguien quiere hacer la voluntad del que me envió, comprobará si mi enseñanza es de Dios o si hablo yo por mi propia cuenta. 

Juan 7:14–17 (RV 2020)


Si, Jesús tiene autoridad para enseñar, porque Su “enseñanza es de Dios”. Pero, sus adversarios (de los judíos) vieron estas enseñanzas con sospecha y duda; y es que Él no fue entrenado en una de sus escuelas para formar rabinos. Hoy se juzga así a todo maestro bíblico, si no se entrenó en una universidad de renombre y obtuvo "títulos, maestrías, doctorados" de una casa de estudios respetada, entonces lo que dice “es menos” ante muchos. 


Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una sociedad malvada y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo. Permaneced firmes en la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda sentirme orgulloso de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. 

Filipenses 2:14–16 (RV 2020)


Y para toda instrucción en nuestra vida espiritual dada por cualquier maestro bíblico, las palabras de Jesús son superiores a todas las palabras de los hombres (los eruditos del tiempo de Jesús y de hoy); sólo Él tiene palabras de vida eterna (Juan 6:68), en la cual todos debemos permanecer (Filipenses 2:16). 


Sí, Jesús habló con la autoridad del cielo. Su palabra contiene la autoridad de Dios. Cualquiera que decida hacer la voluntad de Dios y escuche lo que Jesús enseñó lo entenderá (Juan 7:17). Si no haces la voluntad del Padre no podrás entrar en el reino de los cielos; aunque intentes llamar a Jesús: ¡Señor, Señor!, como muchos hacedores de maldad (“religiosos”) del tiempo de Jesús.


No todo el que me dice: «¡Señor, Señor!», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros?». Entonces les declararé: «Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!». 

Mateo 7:21–23 (RV 2020)


Pon tu fe en Cristo y en la autoridad de Su palabra. Los muchos  títulos, maestrías y doctorados obtenidos por los hombres no determinan la verdad. Sé noble (como los judíos de Berea) en recibir con atención el mensaje, estudiando las Escrituras para ver si es verdad la enseñanza (Hechos 17:11). Todos debemos aprender de Jesucristo la verdad revelada de Dios.


La Biblia es la verdad, independientemente de lo que enseñen los hombres "muy bien titulados" negándola o discutiendo su validez; sólo en la Palabra de Dios podemos ser santificados (sin salirnos del patrón bíblico revelado), para vida eterna.


Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco lo soy yo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad. 

Juan 17:14–17 (RV 2020)


#losolivosiglesiadecristo

#losolivosidc


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a Jesús

Feliz cumplimiento de nuestra esperanza

Todos necesitamos salvación