Que en todo sea Dios glorificado
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a las fuerzas que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
1 Pedro 4:11 (RV 2020)
Sea tanto que hablemos según Su divina Palabra, o que ministremos con Sus fuerzas (las que Él nos provee), es para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, quien nos permite ser parte de Su reino obedeciendo al Evangelio de salvación, sirviéndole para glorificarle.
Amados, yo os ruego que como extranjeros y peregrinos que sois, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma. Mantened una buena conducta entre los gentiles, para que aunque hablen mal de vosotros como si fuerais malhechores, al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de su visita.
1 Pedro 2:11–12 (RV 2020)
En el transcurso de tu vida física, los deseos carnales entrarán en batalla por vivir contrarios a los propósitos de Dios; debemos mantener una conducta que obra Su voluntad, para que Él sea glorificado a través de sus fieles hijos.
Enséñame, Señor, tu camino, y caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré, Señor, Dios mío, con todo mi corazón y glorificaré tu nombre para siempre, porque tu misericordia es grande para conmigo y has librado mi alma de las profundidades del seol.
Salmo 86:11–13 (RV 2020)
Porque Dios nos permite caminar en Su verdad, cuando afirma nuestro corazón, Él nos enseña cada día en Su Palabra a llevar gloria a Su nombre. Nos salva de perder nuestra alma; con la actitud, palabras, y acciones agradables delante de Él, para nuestro bien.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que está en vosotros, y que ya no sois dueños de vosotros mismos. Pues por un precio habéis sido comprados. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, que son de Dios.
1 Corintios 6:19–20 (RV 2020)
En cada batalla somos fortalecidos con las fuerzas que Dios da para estar firmes (Efesios 6:10-11), llevo gloria a Dios con las acciones correctas. Confiaré en Dios a cada tramo del camino, dándole gloria y alabanza; en Él nos gloriamos siempre.
En esto se manifiesta la gloria de mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.
Juan 15:8 (RV 2020)
Un discípulo de Jesús manifiesta la gloria de Dios cuando lleva mucho fruto con su vida espiritual, mientras vive su vida física. Siendo guiados a amar y servir a los hermanos en la fe (Gálatas 5:13), y a través de buenas obras que Dios permite para servirle (Efesios 2:10).
Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, que dice: —Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Solo tú eres santo. Por eso todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han hecho manifiestos.
Apocalipsis 15:3–4 (RV 2020)
En la alabanza celestial y eterna todos Sus santos cantarán de la grandeza de Sus obras y sus justos caminos, por Su santidad y su justo juicio que nos salva. El acto de adoración personal y como iglesia nos permite llevar toda la gloria a Dios.
Y, llevar gloria a Dios debe ser la primera opción cuando se hace o decide algo en nuestra vida presente. Lo que hagamos debe traer gloria a Dios. Este deseo de glorificar a Dios debe aplicarse a cada área de nuestra vida, en adoración a Él.
Así que, si coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
1 Corintios 10:31 (RV 2020)
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